El día después

 El día después

Crónicas en tiempos del Coronavirus

La bitácora

Por Ebrahim Asvat

Ahora que se empieza a hablar del Día Después o Día D  la  referencia es la retorno de una normalidad paulatina, escalonada.  La normalidad tal y como la conocíamos antes del Coronavirus  no la lograremos alcanzar hasta tanto se descubra una vacuna y  la población esté debidamente vacunada. Este proceso podrá  tomar por lo menos dos años siendo optimista. Una vacuna requiere exámenes clínicos para ver su efectividad y los efectos secundarios en lo seres humanos. Luego debe ser aprobada por las autoridades de salud del país respectivo. Una vez adquirida el proceso de vacunación masiva requiere a su vez un tiempo prudencial.  Mientras tanto el peligro de contagio estará latente en el mundo.

Todos los países del mundo estarán como nosotros en un proceso de recuperación.  Es posible que los hábitos de consumo de la población varié.  Habrán sectores mucho más afectados que otros. Las empresas no podrán al principio cargar con el costo operativo anterior a la cuarentena. Quizás los niveles de endeudamiento  variarán por razones de precaución y  las nuevas inversiones se detendrán hasta que se genere la demanda o  el apetito de riesgo se incremente. No será fácil. Muchas empresas cerraran operaciones y otras reducirán su personal. El reto es muy grande y sobrevivir como reinventarse nos permitirá salir adelante. 

No hay mal dure cien años. Esta crisis es temporal y la sociedad tendrá la oportunidad de normalizarse. No nos precipitemos a entender esto como el apocalipsis. Vamos a caer o ya caímos en un hoyo.  Pero tendremos la posibilidad de salir del mismo en la medida que seamos flexibles tanto en cuanto a nuestro nivel de vida como en nuestras empresas.  

 Ahora  veremos si ese concepto de gobierno corporativo funcionará en las empresas que lo han adoptado al igual que la llamada responsabilidad social de las empresas.  Son en los  momentos de crisis cuando se conoce la calidad empresarial que usted dirige o trabaja.  Cuanto se aprecia el recurso humano, el motor real de su crecimiento o se permite destrozar a la organización por miedo o egoísmo puro.   

Son en los momentos de crisis cuando se conocen a los buenos empresarios y los buenos colaboradores. Todos  debemos poner nuestra cuota de sacrificio si queremos un  país funcionando. Esta crisis es temporal como también estoy seguro nos nivelaremos con el esfuerzo de todos. Aquí  nadie debe sentirse abandonado o desprotegido. Lo podemos lograr con un poco de esfuerzo y poniendo nuestro talento a funcionar.

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