TRES LÍNEAS

 TRES LÍNEAS

A pesar de existir una ley que obliga al soterramiento de cables en la Ciudad de Panamá, cada vez más se acrecienta el deprimente espectáculo de verlos colgar de manera desordenada por los postes de calles y avenidas atentando contra el ornato y la estética pública de la capital del país.

POR UNA CIUDAD MÁS AGRADABLE

Una de las peores contaminaciones visuales urbanas es la maraña de cables que se exhiben por sus calles. Aparte del horroroso espectáculo estético que muestran, está el peligro que representa en el peso que se recarga en los postes y que pone en riesgo la integridad física de peatones y conductores. Hace unos años en Panamá se ordenó el soterramiento de los cables, pero la iniciativa fracasó por causa del traspaso del costo a los usuarios de los servicios de las operadoras dueñas de los alambres y el posterior fallo de los tribunales debido a las quejas legales que fueron presentadas. Es tiempo de volver sobre los pasos y obligar a las compañías proveedoras de servicios de electricidad, telefonía, televisión e internet a soterrarlos a su costo. Si queremos una ciudad más amigable para sus habitantes y visitantes, tenemos que poner empeño en ello sin sucumbir a las pretensiones de las empresas proveedoras de esos servicios.

  1. La contaminación visual en las ciudades afecta de diversas formas a sus habitantes, incluso provoca traumas sicológicos, estrés e incita a la violencia.
  2. En Panamá desde hace varios años se aprobó una ley para el soterramiento de cables y eliminar su acumulación sobre la cabeza del os peatones.
  3. ¿Qué poderosa razón evita que la ley se ejecute y los cables sean soterrados?

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