Dr. Roque A. Lagrotta: una vida de trabajo fecundo en la UNACHI

 Dr. Roque A. Lagrotta: una vida de trabajo fecundo en la UNACHI

Por: Elka Rodríguez  / Docente Universitaria

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Los grandes personajes que han administrado la Universidad Autónoma de Chiriquí, todos han tenido un tiempo de trabajo provechoso y cada uno vio el tiempo de acuerdo con las circunstancias que les correspondió vivir: con altos, bajos, alegrías, fe, sacrificios, templanza, trabajo duro, esfuerzos y logros. Hoy resalto la labor de mi amigo personal el Dr. Roque A. Lagrotta, porque en su primera gestión administrativa y académica como director del Centro Regional de Chiriquí, condujo la institución acertadamente con planes y estrategias sabias, inteligentes, creativas, dio respuestas a las necesidades y exigencias del tiempo.

En su segunda gestión administrativa y académica también ejecutó una labor fructífera, pese a que fueron años de inestabilidad económica y social en todo el país, debido a la despiadada e infame invasión de los Estados Unidos el 20 de diciembre de 1989. Luego de la invasión se desató una persecución política feroz en todos los niveles; tanto la Universidad de Panamá como la Universidad Autónoma de Chiriquí (UNACHI) fueron afectadas por la ola de persecución. Con limitaciones de todo tipo el Dr. Lagrotta continúo su duro bregar universitario con los recursos existentes, el personal profesional diligente, especializado, fieles y amantes de su querida y proclamada UNACHI. Los éxitos alcanzados fueron significativos y notorios.

Su tercera gestión administrativa como director y rector a.i., se distinguió por su ahínco, su talento enérgico, hábil y valeroso. Las transformaciones de la Universidad en este período también fueron edificantes, plausibles, con avances en las diversas áreas que conforman la institución. El Dr. Roque Lagrotta, tomó posesión como rector interino (1994-1997) y fue juramentado por el Dr. Gustavo García de Paredes, Rector de la Universidad de Panamá en aquel entonces, y en presencia del Dr. Ernesto Pérez Balladares, presidente de la República.

Sería un trabajo complejo indagar sobre las conquistas del Centro Regional Universitario de Chiriquí y la Universidad Autónoma de Chiriquí, durante las administraciones del Dr. Roque Lagrotta. Su labor fue prolífica e importante, alcanzó metas propuestas, dejó como legado una UNACHI floreciente y dinámica en su impulso a favor de la educación superior en la provincia de Chiriquí.

Por otra parte, en su libro Historia y mis vivencias de la Educación Superior en Chiriquí. Años 1951-1997, del cual soy coautora señalo claramente en la Introducción que la labor del Dr. Lagrotta, no fue una gama de dulzura. También estuvo marcada por circunstancias difíciles, adversidades, traiciones, envidias, oposición de grupos antagonistas que ansiaban tomar el control de la universidad. Estas etapas y situaciones duras fortalecieron el carácter de este dirigente, lo prepararon para afrontar conflictos, intrigas, deslealtad, ambiciones, y le ayudaron a moldear el pensamiento de un director y rector que se iba abriendo camino como figura pública consagrada en la Educación Nacional.

     El Dr. Roque Lagrotta, está plenamente satisfecho de su labor en el CRUCHI y la UNACHI. Las vivencias narradas en su libro son reales y necesarias, para el conocimiento y la comprensión de cómo se fue tejiendo la vida universitaria en su interior y en su entorno, ya que generalmente, al construir las etapas de esa vida institucional se omiten hechos y actuaciones propias de las circunstancias para evitar conflictos políticos y emocionales. Pero ocultar estos acontecimientos que hacen esta historia sería como negarnos a nosotros mismos.

Finalmente, nuestra Universidad Autónoma de Chiriquí, es consecuencia y la cristalización de un largo proceso de acumulación de anhelos, trabajos, sacrificios y amor, orientados a dotar a la provincia de un centro de estudios superiores. La labor del Dr. Lagrotta fue muy valiosa y coadyuvó a cimentar las bases de la Universidad que hoy tenemos y que nos enorgullece.

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