Por qué no funciona el Idaan

 Por qué no funciona el Idaan

Un reflejo de la incapacidad del Idaan por prestar el servicio de agua potable de manera eficiente y conforme a la ley es la cantidad de años que lleva pagando millones de dólares por alquiler de carros cisternas, para paliar los efectos causados por la interrupción del servicio en múltiples lugares. Foto web del Idaan.

La crisis de esta institución es fundamentalmente política

por Luis Alberto Díaz

Muchos años lleva el Instituto de Acueductos y Alcantarillados (IDAAN) dando tumbos y debatiéndose entre ser una entidad técnica o actuar como feudo del reparto político de los partidos que llegan al poder. En muy pocas ocasiones es lo primero y, en muchas otras, lo segundo.

A pesar de que la ley que lo rige establece que es una entidad autónoma del Estado, con personería jurídica, patrimonio propio y fondos separados e independientes del Gobierno Central y con autonomía, tanto financiera como en su régimen interno, esto no parece cumplirse a cabalidad, por la injerencia manifiesta de la administración de turno en sus asuntos internos.

Por muchos años hemos visto que al Idaan lo manejan como parte de la administración central en muchos aspectos, incluido el de ser receptor de nombramientos ocasionales, para cumplir los caprichos de diputados y otros allegados al poder que quieren acomodar a «su gente» como pago por los servicios prestados en la campaña electoral y con una carga millonaria de pagos por carros cisternas por tantos años, que más parece ya un negociado que la prestación del servicio que permita a cada usuario sentir correr el agua por las tuberías y verla salir por los grifos de su casa.

Desde el punto de vista técnico el Idaan está en deuda con la población y con sigo mismo. Del total de sus empleados son los menos quienes reúnen los requisitos de formación técnica y profesional que requiere la entidad. Y de esto no escapan algunos de sus directores. A pesar de su supuesta autonomía, el director es escogido de una terna que propone la junta directiva al ejecutivo. ¿Por qué en vez de proponer una terna la junta directiva no lo escoge y lo envía al ejecutivo para su ratificación?

Lo anterior nos lleva a los requisitos que debe reunir quien ejerza como director. La ley, en el aspecto de experticia, solo señala que debe tener título universitario en materia afín a la entidad y con experiencia administrativa mínima de 5 años. Materia afín a la entidad puede ser muchas cosas, cuando el requisito debiera ser más específico en cuanto a las aptitudes y habilidades necesarias para dirigir una empresa de servicios de agua potable.

Tampoco se salva la junta directiva de la manipulación política que lleva intrínseca la ley. Al menos tres de sus integrantes fijos no tienen nada que hacer allí y a un cuarto, el representante del ejecutivo, tampoco se le exige ser conocedor del tema. Fuera de que ya el ministro de salud forma parte de la directiva. ¿Acaso este no es ya el representante del Ejecutivo?

Muchas otras cuestiones de la ley dejan más dudas que certezas, en cuanto a que el Idaan sea una entidad auténticamente autónoma y más especializada que burocrática que mediatizada y manipulada por el poder de turno. Temas como el Consejo Técnico Administrativo, el Fondo de Modernización y el Fondo de Subsidio para el Consumo de Agua Potable deben revisarse y cumplirse a cabalidad con sus propósitos. Igual ocurre con la capacidad del Idaan para garantizar que los promotores cumplan con la instalación obligatoria de tanques de agua en las urbanizaciones que construyen, porque en algún recoveco de la ley solo puede asesorar para esos fines a solicitud de la contraparte, a pesar de que debe aprobar o desaprobar los planos de las obras públicas y privadas que se relacionen con los sistemas de acueductos y alcantarillados sanitarios.

Sin una verdadera autonomía, capacidad de gestión, libertad de nombramiento de su director por un periodo distinto al que le impone la camisa de fuerza del periodo presidencial, sin una junta directiva conformada por miembros conocedores del manejo de la producción y distribución del agua potable, y sin una gestión profesional y eficiente, el Idaan seguirá siendo lo que vemos hasta ahora: una entidad secuestrada por la manipulación política, endeudada, burocratizada e incapaz de dar respuesta a la necesidad de sus usuarios de contar con el servicio de agua potable las 24 horas del día y los 7 días de la semana.

Luis Alberto Diaz