SAL EN LA HERIDA

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En sus orígenes los representantes de corregimiento ejercían funciones legislativas cuando constituían el Órgano Legislativo. Foto Internet

Los cargos por elección popular

En las elecciones generales de 2024 serán elegidos más de 1,600 funcionarios por votación directa.

por Luis Alberto Díaz

Nuestro sistema político requiere de reformas urgentes y uno de los aspectos que necesita un cambio profundo es el número de cargos que se eligen por elección popular, porque resulta ser una burocracia que pesa mucho en salarios y en recursos que les son asignados dentro del presupuesto nacional.

Dentro de todos esos cargos, con sus respectivos suplentes, están los representantes de corregimiento, que han sobrevivido al tiempo desde su creación en la Constitución Política de 1972. Nacieron como el llamado «poder popular» de la dictadura instaurada por el golpe de estado de 1968. En su versión original tenían funciones legislativas como asamblea nacional, funciones administrativas como regentes de las juntas comunales y funciones como concejales en sus respectivos distritos. Tras la reforma constitucional de 1983 solo ejercen las dos últimas.

Sin embargo, su función administrativa colisiona muchas veces con la de los alcaldes y las obras de sus juntas comunales son, en no pocas ocasiones, una duplicidad de la que realizan las alcaldías. Si a ello le sumamos los funcionarios que deben nombrarse para hacer el trabajo y algunos, como los promotores culturales, sumamente cuestionados por los altos salarios que cobran y que a menudo sus beneficiarios son personas íntimamente allegadas a los representantes de corregimiento, la carga burocrática para el estado se hincha.

Panamá necesita simplificar la elección de las autoridades que ocupan cargos vía voto popular, para acabar con la burocracia que sangra los recursos del estado desde dichas posiciones. Hay que eliminar los suplentes para diputados, porque en la práctica la única utilidad que tienen es reemplazar al principal cuando este acepta un nombramiento en el gobierno central, cuando el principal no quiere votar a favor o en contra de tal o cual proyecto de ley, o para sentarse en la curul aunque sea una vez para poder comprarse un automóvil exonerado de impuestos y gozar de las otras prebendas que reciben los diputados.  Y en el caso de los representantes de corregimiento, eliminar dichos cargos en su totalidad y que los alcaldes asuman las funciones de las juntas comunales a través del nombramiento de funcionarios subordinados que asuman la administración de las mismas.

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Si alguna vez el cargo de representante de corregimiento fue útil, hoy en día no es así. Dichos cargos están cada vez más expuestos a las prácticas de corrupción y al chantaje político dentro del régimen municipal, a través del cargo de concejal que ejercen. Algunos hasta resultan implicados en delitos de narcotráfico y lavado de dinero, como han reportado últimamente las autoridades judiciales. Razones a tomar en cuenta para decidir la existencia o no de estos puestos de nuestra organización política como estado.

Eliminados el puesto de representante de corregimiento, quedaría pendiente el de concejal para darle una nueva expresión. Deben ser elegidos para representar a todo el distrito y no al corregimiento y votados por todos los electores de su distrito. En los casos de aquellos distritos grandes donde hay dos o mas circuitos electorales dentro de su circunscripción, los concejales pueden elegirse tomando en cuenta dichos circuitos electorales. En ningún caso debe haber más de quince ni menos de cinco concejales por distrito.

Todos estos cambios necesitan de una reforma constitucional, cosa que al parecer es difícil en este momento, porque ninguno de los que aspiran en esta vuelta a la presidencia de la república ha mencionado el tema de manera comprometida y menos los puntos que espera cambiar en nuestra Carta Magna. Tampoco pensar en la iniciativa ciudadana, que se estrella contra el muro del 20% del padrón electoral para pedir una constituyente paralela, mientras que para inscribir un partido solo basta con el 2% de los votos emitidos en la elección anterior. Seguiremos esperando el cambio.

Luis Alberto Diaz