El Escorpión

 El Escorpión
Miércoles 15 de octubre de 2025

NO ES SOLO EL MACHISMO

El crimen atroz ocurrido en Aguadulce por parte de un individuo contra una joven muchacha nos plantea la necesidad de hacer algo más que el consabido discurso de machismo y de la ineficacia de las boletas de protección y órdenes de alejamiento. Hay que empeñarse en construir una cultura de paz que mitigue el uso de la violencia entre los panameños, porque, quiérase o no, la nuestra es una sociedad violenta. Nos hemos dejado consumir por la ira e igual, por cualquier quítame estas pulgas, montan en cólera hombres y mujeres en plena calle recurriendo al insulto, los golpes, los palos, las varillas, los machetes, los cuchillos y los balazos. El problema es más profundo que el delito de femicidio o la cuestión de género y si no lo afrontamos más allá de estas dos situaciones, poco lograremos en nuestra lucha por frenar la violencia contra las mujeres y contra el resto de las personas que somos parte de la sociedad y de la población panameña.

A CIENCIA Y PACIENCIA

Un problema de vieja data es el abuso de las compañías de seguridad con sus empleados que brindan el servicio de guardias de seguridad. Fuera de la ya inhumana práctica del doblaje de turno que se prolonga hasta 24 horas en no pocos casos, está la de no pagarles la cuota de seguro social, a pesar de que se la descuentan.  Ni hablar del pago de las horas extras que vienen mochas. ¿Dónde está la autoridad en estos casos? Pareciera que son inmunes a las acciones del Ministerio de Trabajo y de la Caja de Seguro Social. Estas entidades tienen que hacer inspecciones periódicas sin esperar a que medie denuncia por parte del trabajador, quien muchas veces por la necesidad de conservar el empleo prefiere no denunciar la abusiva situación.  Los vigilantes privados conocidos como guardia de seguridad tienen la responsabilidad de resguardar bienes y personas y no deben estar expuestos a situaciones perturbadoras como las descritas; y menos aún cuando se les confía un arma de fuego como herramienta de trabajo. Hay que ser más estrictos con las compañías de seguridad y la que no pueda con la múcura que la cierren.

BARRIO DE APAGONES

Los constantes cortes de electricidad en el Casco Antiguo parece que ya forman parte del patrimonio histórico. No se aguantan y ya ocasionan pérdidas importantes para los negocios del lugar. Si no es por un transformador que explota, el apagón ocurre por otra causa desconocida. El Casco Antiguo se supone que es una zona turística, por lo que debería asegurar el suministro constante y confiable del servicio eléctrico, pero no hay autoridad que le ponga el cascabel a ese gato. Ni siquiera la queja de hace meses del mismísimo presidente de la república y su promesa de ponerle alto han funcionado. ¿Será que esperan a que uno de esos aparatos haga explosión cuando los asistentes a las comparsas mensuales del Mayer de la City estén en pleno jolgorio sobre ellos como ya acostumbran? Allí sí que correrían a buscar la solución. 

BAJA PENSIÓN

Como granizo frío y duro que cae en La Chorrera así sienten algunos jubilados el golpe cuando se le esfuma el cheque cada quincena. Un mal que crece con el aumento del costo de vida y la pérdida de poder adquisitivo del dinero que perciben. A pesar de que la causa de las bajas pensiones no eso solo lo anterior, es lo que más se menciona y acepta como causante del problema. El sistema se sustenta en el monto del salario que sirve para cotizar y no se puede pretender que el de la pensión por vejez sea igual para todos. Hay quienes por tener la oportunidad de ser mano de obra calificada en su vida laboral alcance una pensión mayor, pero la mayoría de los actuales pensionados no entran en esa categoría. Por eso hay que prever estas situaciones a futuro y crear planes de ahorro alternos a cargo de la Caja de Seguro Social y uno de ellos podría ser que de los bonos que emite el gobierno, paradójicamente para beneficio de los fondos de pensiones internacionales, el Seguro Social tome una parte y la fraccione para que el trabajador asegurado pueda invertir en la compra de bonos de ahorro de baja denominación que estén al alcance de su mano, en montos de 10 y 20 dólares, que le permitan ahorrar para su futura vejez.

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