Justicia, injuria  o persecución política?

 Justicia, injuria  o persecución política?

Línea Directa

Por Avenabet Mercado

@AvenabetMercado

Nadie puede decir que no cumplió sus promesas políticas por la nación. El expresidente de la República, Ricardo Martinelli Berrocal, inauguró obras millonarias que van desde grandes carreteras, puentes, mejores pistas de aterrizajes en los aeropuertos y aún todavía el más moderno sistema vial de los países centroamericano como es el Metro.

Martinelli,  el “Loco” como gusta decir al pueblo, llevó servicio de electrificación a las zonas rurales de la República de Panamá, en donde muchos jóvenes estudiaban con guarichas e  incluso, algo mejor, llegó a las comarcas indígenas donde jamás había existido un bombillo y recibieron en algunos sectores el servicio de energía mediante el sistema de panel solar o energía fotovoltaica.

En el mes de abril del año 2014 participó activamente en la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) de Panamá con México y un año ante, en su gestión gubernamental, las instituciones financieras internacionales precisan de que la industria turística (La chimenea sin humo) se potenció como jamás se había observado y llegan al país inversiones por más de 4, 600 millones de dólares.

El Gobierno de Martinelli puso a Panamá en el radar de muchos países del mundo, e incluso las repúblicas de Japón, Alemania, Francia, Inglaterra, entre otras, ya empezaban a observar cómo se podría desarrollar o potencial las áreas del Mar Pacífico, próxima al Canal de Panamá, el más moderno sistema de fibras ópticas para la comunicación mundial.

En 60 días, «El Loco», desarticuló la pesadilla de los diablos rojos;  un sistema vial de transporte que ningún gobierno había podido desmantelar y el cual significaba la cruz del dolor en la espalda de cada ciudadano.

Pero hoy el calumniado esta aquí, es él mismo quien sale frente a su defensa aun sabiendo que existen manos en la  oscuridad  que están fagocitando las buenas posiciones de una justicia más justa, más democrática. Frente a la injusticia, persecución política y arrinconamiento de muchos empresarios honestos, urge un nuevo paradigma  en la república de Panamá por una justicia social más humana y donde los poderes del Estado se ejecuten sin injerencias entre unos y otros en interés de ejercer la persecución.

Aplaudamos el nacimiento de una refrescante señal por la paz social que frene la persecución política. Faltando unos días para asumir como presidente de la República de Panamá, José Raúl Mulino manifestó que pondrá todo su empeño en rescatar el Estado republicano como fórmula de gobierno y la necesidad de conservarlo, protegerlo y promoverlo.

El próximo jefe del Estado, afirmó que el deterioro del Estado Republicano en Panamá ha llevado a un perverso sistema judicial, que se ha prestado a persecuciones políticas, que incluso casi limitan la voluntad del pueblo panameño en las pasadas elecciones del 5 de mayo.

Fueron estos sabios señalamientos que presentó Mulino al participar  como orador de la Sesión Solemne de la Sociedad Bolivariana con la que se conmemoró el aniversario N.º 198 de la instalación del Congreso Anfictiónico de Panamá y en la que se destacó el brillante aporte histórico del libertador Simón Bolívar.

Allí insistió que estaba “empeñado en recuperar el prestigio de la Nación a fin de que Panamá vuelva a ser un Estado respetado en la comunidad internacional, que se maneja con seriedad, donde los compromisos públicos y privados se cumplan a cabalidad, donde las decisiones judiciales sean el resultado de criterios jurídicos ilustrados y razonados, como debe ocurrir en todo Estado republicano.

Indicó Mulino que esta intromisión contribuyó en Panamá a una mayor perversión de la justicia, cuya parcialidad, ineficiencia, desactualización y venalidad constituyen “uno de nuestros grandes males y afectan profundamente la reputación del Estado panameño”.

Consideramos que ha llegado el momento de una justicia más justa.  Ya en  Panamá no puede existir habitación oscura para la conspiración política, en pocos días se empezará  a vivir una democracia más humana. No hay azul oscuro. No hay incierto, de modo que infunde temor.

El presidente electo, José Raúl Mulino, habló bien claro porque ya empezó a demostrar que es un demócrata que venció aberraciones políticas inimaginables.  Por eso hoy, no  lean a mí, léanse ustedes y busquen las respuestas en sus corazones.

Deberíamos otear el pasado reciente: ¿Acaso, en aquellos debates políticos de promesas de campañas, alguien dijo que el moderno sistema de transporte (como el Metro) no podía hacerse en una gestión presidencial de cuatro años? No obstante, hoy Panamá tiene un moderno sistema de transporte. Sí, esto ha sido un hecho y no palabra.

Los sistemas de estadísticas internacionales confirman que al tomar el poder gubernamental el expresidente Ricardo Martinelli la pobreza de Panamá alcanzaba la cifra del 38%, y en su gestión se redujo a 28%. Si eso sucedió así, entonces, ha sido un hecho; no palabra, o promesa sin cumplir.

Si fuera por la fuerza del argumento de la dignidad política,  el equipo de Ricardo Martinelli hubiera ganado las elecciones del  2014. Ahí están sus obras de infraestructuras, desarrollo económico y social.

Si fuera por ser un simple trabajador, también hubiera tenido el triunfo electoral. En Panamá nadie duda que Martinelli  iniciaba su gestión laboral a las 8:00 A.M. y aún a las 9:00 P.M. estaba sentado en su escritorio.  Tampoco existen dudas, elevó los salarios mínimos, además de crear bienes públicos con más respuestas al compromiso de la deuda social de la nación.

El país ha escuchado demasiada palabra, demasiada intriga política, demasiada traición o demagogia, en lugar de permitir que suenen otras voces digna de fe: El pueblo. Todo esto así, porque en Panamá tenemos políticos que están más cerca de la “bestia negra” que de los ojos de Dios.

Entonces hoy, sin demagogia  y sin intereses políticos, aplaudamos las reflexiones del presidente electo, José Raúl Mulino, porque el ordenamiento de la justicia no puede seguir politizado. Si la balanza de la justicia es injusta, entonces, el ambiente moral y justo que se pueda vivir en Panamá seguirá siendo de incomodidades,  gravedad y aberraciones. Ya a nadie sorprende la desconfianza que los  ciudadanos tienen de la justicia cuando se observa la presión judicial, que en tantas ocasiones, se ejerce contra la familia del expresidente Ricardo Martinelli.

 

Avenabet Mercado