La escogencia del nuevo procurador

 La escogencia  del nuevo procurador

Por Jorge Zúñiga Sánchez

Con tanta evidencia comprometedora revelada en los Varelaleaks, es  inmoral que nuestra Procuradora General aún se mantenga en el cargo.

Como la Procuraduría de la Administración  gestiona a paso lento su separación del cargo, hay  urgencia ciudadana  por su  reemplazo.

¿Quién será el reemplazo?  Los nombres de los candidatos circulan por doquier, y algunos abogados por su lado, se proponen para el cargo.

En medio de la convulsión política existente que se agrava  por la falta de resultado a muchos casos de «alto perfil», en nombramiento del nuevo Procurador conlleva mayores dificultades.

A excepción de Sossa, todos los  Procuradores terminan saliendo cabizbajos por «la puerta de atrás».

Del Ministerio Público se espera mucho, a pesar de que la realidad política,  impone su debilitamiento, cuanto no su desaparición.

Mientras eso se decide, hay millones de balboas de dineros públicos «robados», reposando en  cuentas privadas, y sus «dueños» caminan por nuestras calles como si nada.

Para recuperar la paz social y la confianza ciudadana, Importa tanto  encarcelar a los culpables como recuperar los fondos estatales.

El nuevo Procurador  deberá tener claridad jurídica y un agudo sentido político, en la aplicación de  las normas de los «acuerdos judiciales», la «casa por cárcel» o «el trabajo comunitario», que han permitido que muchos corruptos disfruten de la libertad, con solo devolver  unas migajas del saqueo.

Para hacer justicia,  habrá que «salvarle» el pellejo a algunos testaferros, pues es a los «cocotudos» a los que les debe caer todo el peso de la ley.

Tenemos confianza en el buen juicio de Nito. Sin que todavía se conozca  el nombre del nuevo Procurador, ya hay corredera entre Martinelistas y Varelistas «sospechosos» por el temor de que sus días futuros sean  en  La Joya.

No aceptamos las críticas de que con estos nombramientos, Nito está acumulando «demasiado poder» en su mano. En manos de un corrupto eso eso gravísimo; pero en manos de un Presidente con carácter, es un signo que anuncia que  la justicia se instalará en este país.

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*El autor Jorge Zúñiga Sánchez es abogado y profesor universitario

Redacción