Cuba: pequeño país gigante en política exterior

 Cuba: pequeño país gigante en política exterior

Por Orlando Oramas León*

Cuba, un pequeño Estado insular, de apenas 11 millones de habitantes, mantuvo en el año que concluye una ingente política exterior basada en la fidelidad a los principios de su Revolución, el rechazo firme a las agresiones y al bloqueo de Estados Unidos y el apoyo a las causas justas en el mundo.

También su accionar se fundamentó en el respeto a la soberanía y autodeterminación de los pueblos y contra las intervenciones extranjeras, el colonialismo y otras formas de dominación y opresión. La isla fue enfática además en el rechazo a la proliferación de las armas nucleares, de la carrera armamentista y de la presencia de bases militares extranjeras, incluida la que ocupa Estados Unidos ilegalmente en el territorio oriental cubano de Guantánamo.

El concepto de política exterior de la Revolución Cubana trasciende los parámetros formales que se aceptan para ello. Esa política va más allá de diplomáticos de carrera e incluye también al pueblo, ya sea médicos y técnicos de la salud, profesores, instructores de arte, deportivos, ingenieros y otros profesionales que prestan servicios en decenas de países.

Asimismo incluye la formación de recursos humanos, jóvenes de numerosas naciones que se marchan de Cuba con su título de profesional, y otros que regresan para hacer postgrados, maestrías, especialidades médicas, doctorados.

Baste decir que en sus 20 años de fundada la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), ha graduado 29 mil 736 jóvenes de todo el mundo, incluso de Estados Unidos.

Uno de los principales protagonistas del quehacer internacional de Cuba fue durante 2019 el presidente Miguel Díaz-Canel.

En marzo estaba en Managua, Nicaragua, en el VIII Encuentro de la Asociación de Estados del Caribe. Solidaridad y unidad, principales defensas de la región, subrayó entonces.

Díaz-Canel realizó este año visitas oficiales a México, Irlanda, Belarús y Rusia, donde se reunió con las máximas autoridades de esos países y promovió nexos de cooperación económica y en otros ámbitos.

También pronunció discursos medulares en Caracas, durante la celebración del XXV Encuentro anual del Foro de Sao Paulo; y en Bakú, Azerbaiyán, sede de la XVIII Cumbre de jefes de Estado y Gobierno del Movimiento de Países No Alineados.

En la capital de Venezuela sentenció algo que repitió una y otra vez a lo largo del año: Cuba no traicionará a sus amigos ni a sus principios, en respuesta a las exigencias de Estados Unidos, que justifica su reforzada hostilidad hacia la isla caribeña por sus relaciones con la patria de Bolívar y Hugo Chávez.

Dos giras africanas de altos dirigentes cubanos, los vicepresidentes Salvador Valdés Mesa e Inés María Chapman, ilustraron cuanto une a la nación antillana con ese continente.

Valdés Mesa visitó Angola y Namibia para, entre otras actividades, celebrar el aniversario de la victoria de Cuito Cuanavale de 1988, considerada la contienda madre que abrió el camino hacia la verdadera liberación de África Austral, en la que Cuba tuvo decisiva participación.

Por su parte, el recorrido de Chapman incluyó Sudáfrica, Lesotho y Kenya. En Sudáfrica, Chapman participó en la Conferencia de Solidaridad con el Sahara Occidental organizada por la Comunidad del África Meridional para el Desarrollo, a la que asistieron presidentes, cancilleres y otros dirigentes regionales.

El vicepresidente Roberto Morales viajó en misión oficial a Singapur, Pakistán y representó a su país en la entronización del nuevo emperador japonés.

El canciller Bruno Rodríguez realizó una gira por el Caribe, y un alto representante de la cancillería también lo hizo pero por las pequeñas islas del Pacífico, cual expresión de que los nexos de Cuba van más allá del horizonte.

La trascendencia del Caribe para la mayor de las Antillas llevó al vicecanciller Rogelio Sierra a recorrer varias de sus naciones. A su vez, la viceministra de Relaciones Exteriores, Ana Teresita González lo hizo en el viejo continente al visitar, de manera oficial, a Moldova, Serbia, y Montenegro.

Cuba por su parte recibió a jefes de Estado y Gobierno, cancilleres y otros altos representantes de numerosos países. Entre ellos el primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, los reyes de España, Felipe VI y Letizia, el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, la vicepresidente de Vietnam, los cancilleres de esa nación asiática y de Laos, entre muchos otros dignatarios.

Resulta poco el espacio para condensar los hechos que hablan del quehacer de la política exterior de Cuba. Quizás el más emblemático resultó el resultado de la resolución presentada por La Habana ante la Asamblea General de la ONU titulada Necesidad de poner fin al bloqueo económico, financiero y comercial impuesto desde hace más de 60 años por los Estados Unidos de América contra Cuba.

Fueron 187 votos contra el bloqueo, una trascendental victoria de la política exterior y de la impronta en el mundo de la Revolución Cubana.

*El autor es Jefe de la Redacción Nacional de Prensa Latina

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