Por: LUIS GONZÁLEZ GONZÁLEZ

De nada sirve un arma ilegal si no consigo municiones. Las balas de estas armas ilegales no se venden por ahí en locales como pastillitas. Tampoco las vende como petardos el chinito. ¿Dónde las consiguen los delincuentes y pandillas?

Los entes públicos y los privados que usan armas de reglamento y adquieren municiones legales deben ser investigados ahora, y siempre supervizados porque sin duda hace tiempo se juega con la vida de ciudadanos en sus casas, oficinas y las calles.

El estallido entre delincuentes encarcelados demuestra que, si hay tanto calibre allí dentro, cómo será el armamento de estos grupos pandilleros en nuestras comunidades; no sería  extraño un tanque de guerra por ahí escondido…  Por esto, y por la vida de todos, confiamos que el Gobierno sea drástico y constante. Y que en unos días este tema no vuelva a sumergirse en el limbo como otros casos pasados.

Basta actuar: la delincuencia y pandillerismo en Panamá (en gran parte) se puede frenar con una sola y verdadera acción. Urge darle verdadero seguimiento a cada munición adquirida legalmente. Si las armas ilegales no tienen balas no sirven para nada. Desde hace rato nos venden la excusa de que todas estas municiones provienen de grupos ilícitos, lo cual no necesariamente es así cuando vemos que se disparan armas gruesas en una cárcel custodiada por policías y penitenciarios.

Y por supuesto, hay que dar en este caso con quienes venden a oscuras las armas (si es así y porque también pueden hacerlo los que se supone están del lado de los buenos).

Es fácil dar con quien está adquiriendo legalmente municiones de más o que luego «nadie sabe a dónde las dispara a chorros» y sin justificación…

Basta ir a nuestros barrios para escuchar que llueve tanta bala como agua del cielo y hasta en las fiestas celebran con plomo al cielo. Tienen para botar.

El caso de las cárceles es una ramita del gran negocio, no solo de armas ilegales disponibles o en venta, sino también de municiones hasta de grueso calibre. Es sabido que un ciudadano con permiso para portar arma pequeña no podría comprar para defensa en una armería municiones gruesas, porque, se supone, no te venden una Ak-47. ¿O sí?

Asimismo, vale supervisar cuántas armas de fuego y municiones se incautan en las fronteras (poco o nada sale en las noticias).  Entonces, si están entrando sin que las detecten, o si no son producto de tráfico ilegal, estamos igual ante un problema de grandes proporciones y las entidades de Seguridad, como el Senafront, Senan y Policía Nacional deben ser llamadas a capítulo.