La llamada solidaridad humana, cómo practicarla
Crónicas en tiempos del Corona Virus
La bitácora
Por Ebrahim Asvat
Hoy quisiera tocar el tema de la solidaridad humana. Una práctica poco común y la cual todos impulsan siempre y cuando le toque a otro practicarla. Solidaridad no es dar lo que yo no necesito o me sobra. Solidaridad es compartir lo que tengo con amor. Amor al próximo. Vamos a dejar el amor a los extraños o a los desconocidos para los santos o de espíritu con chispas de divinidad o excepcionalidad. El ser humano no llega a esos estadios de desprendimientos a menos posea un entrenamiento o una conducta con mucha convicción y espiritualidad.
Lo que sí podría impulsarle sin que ese gen del egoísmo humano se sienta lesionado es si lo practicamos con los seres humanos con quien nos identificamos. Todo ser humano tiene un entorno familiar o de sangre con la cual se identifica. La solidaridad en estos momentos puede empezar por allí. Dad a tus familiares si lo necesitan. Pregunta cómo la están pasando y si hay algo que puedas hacer por ellos. Ese es tu primer círculo de solidaridad. Tus padres, tus abuelos, tus hermanos, tus tíos, tus familiares. No te va doler aun con lo poco que puedas tener, pues es tu sangre. Sentirás una comunión porque en realidad existe a pesar de todos los agravios o rencores guardados contra alguno de ellos.
Tu segundo círculo es el de tus vecinos. Ellos conviven contigo. En el mismo edificio, en el mismo barrio, en el mismo pueblo. Acércate a los conocidos y pregunta si puedes serles útil. Si les falta o necesitan algo donde tú puedes aportar. Si eres empresario son tus colaboradores. Trata de velar por ellos en la medida de lo posible. Hoy en día el sistema laboral, de seguridad y tributario no está ajustado para las empresas puedan desprender parte de su patrimonio y asistir a los colaboradores en los casos de una cesación laboral. El Estado ha diseñado un bono solidario pero no ha involucrado a las propias empresas en ese plan y permitirles darles una asistencia económica a sus colaboradores sin estar sujeto a retenciones de seguridad social, impuesto sobre la renta u obligaciones laborales.
Si hay cesación laboral no significa dejar al colaborador a la intemperie. Ni a él, ni a su familia. Necesitamos como país abrir el canal para que tanto los empleadores y/o terceros puedan proveer esa asistencia económica sin otros costos directos. El Estado panameño no ha regulado esta materia en tiempos de crisis. Cuando todos estos círculos estén cubiertos y quieras donar a la cuenta del Estado con su entre comillas “Plan Panamá Solidario” hazlo si quieres. Pero siempre es mejor empezar por los círculos más cercanos.