Cuando todo cambia de repente
La bitácora
Por Ebrahim Asvat
Esto que vivimos no era necesario. El corona virus no es el responsable del trastorno en nuestras vidas, nuestro entorno o relaciones sociales. Es el producto de acciones que los gobernantes han tomado para detener la propagación de un virus y la delegación de las decisiones políticas a un grupo de médicos sin certeza de nada.
Sin un diagnóstico claro, ni respuesta médica frente al contagio nos sometimos a la voluntad de hombres de ciencia que ven en la verdad una dinámica de cambio constante y sujeta a procesos de experimentación prolongada para garantizar certeza. En el camino perdimos el sentido común, el menos común de todos los sentidos, en las restricciones impuestas.
¿Quieres controlar una población? Inculcadle miedo. Miedo prolongado y sin esperanza. Las posibilidades de que gobiernes como tirano o déspota se incrementan. Y además con la certeza de tener una población ávida a cumplir con tus decisiones sin importar cuales sean. Y este otro virus mucho más dañino y peligroso se propago con mucha más rapidez en el mundo.
Lo que los gobiernos han logrado (cada quien por su lado. Ante un problema global cada quien busco soluciones nacionales) es transformar la vida social y económica. No desaparecerá la globalización. El mundo seguirá comercializando. No acabaran con China. La dinámica asiática es la del nuevo centro del mundo.
Cambiaran lo seres humanos en sus hábitos de consumo. Se abrirán nuevos caminos para los procesos tecnológicos. La interacción social muy necesaria para fortalecer nuestro sentido de humanidad se limitará a los espacios íntimos y familiares. En todas estas dislocaciones sistémicas habrá ganadores y perdedores.
La sanitización social (un mundo sin amenazas de gérmenes) una prioridad nacional y a la vez un instrumento político para instaurar miedo y control. Las libertades humanas, así como la necesaria esfera privada distante de cualquier tipo de regulación estatal, una lucha constante y sin descanso.
Existen cada vez más fuerzas dispuestas a arrebatarnos nuestra libertad a través de medios tecnológicos (cookies, video vigilancia, algoritmos, drones, hackeo estatal legal o ilegal) en nombre de la protección ciudadana y la protección de nuestro modo de vida. Vemos todo tipo de amenazas internas o externas de individuos, grupos o países. Faltaba el mecanismo disparador y el Covid-19 sirvió como instrumento para producir el cambio sistémico.
Nos corresponde como ciudadanos decidir si enfrentamos el miedo con bondad. La desesperanza con la mano amiga. La cooperación y solidaridad frente al aislamiento y distanciamiento social. Somos nosotros los verdaderos agentes del cambio. Tenemos en nuestras manos la decisión del mundo y como lo queremos vivir. ( Ebrahim Asvat)