Berlín ( Agencias-. ) Los padres de todos los niños que viven en Alemania, unos 18 millones, recibirán 300 euros por niño directamente del Estado y la distribución del dinero comenzó este  lunes, 7 de agosto 2020.

Todo ha sido debido a  una de varias medidas – ya anunciadas en junio – por el gobierno de Angela Merkel para combatir la crisis económica provocada por la pandemia y tiene como objetivo promover el consumo, al tiempo que brinda ayuda a las familias.

Esta única cuota se paga en dos etapas: 200 euros en septiembre y otros 100 en octubre. No es necesario solicitar la prestación por hijo, el dinero lo recibirán todos los niños registrados en suelo alemán.

Se recibe automáticamente junto con la asignación, cuyo valor en Alemania asciende a 192 euros al mes, como mínimo, por niño. Todos los niños  reciben este beneficio social durante llamado «bono coronavirus».

Según una encuesta encargada por el Instituto de Economía Alemana, el 61% de los beneficiarios quiere gastar el bono en su totalidad o en parte: el 24% de los encuestados dice que gastará el apoyo en su totalidad, el 37% admite gastarlo parcialmente y El 39% tiene la intención de guardar la bonificación en su totalidad.

Esta ayuda se concede a todos los niños independientemente de los ingresos de sus padres. Al final del año, se incluirá en el cálculo de los impuestos, de modo que cuanto mayor sea la renta de las familias, más impuestos tendrán que pagar por las ayudas recibidas.

Pero el Ministerio de Hacienda ha calculado que ocho de cada diez familias pueden beneficiarse plenamente de la ayuda. Una pareja con tres hijos y con una renta anual de hasta unos 67.800 euros no tendrá que pagar impuestos sobre ese dinero, por ejemplo. En el caso de padres con un solo hijo y una renta anual de 86.000 euros, al presentar el IRPF 2020 seguro que pagarán.

«Servirá para mitigar las nuevas necesidades de las familias, que ahora afrontan nuevos gastos, como la compra de mascarillas y gel desinfectante, y tienen que soportar periodos en los que los niños se quedan en casa en lugar de ir al colegio», justifica Katharina Spieb, especialista con la familia del Instituto Alemán de Estudios Económicos.