El impacto global de una pandemia

 El impacto global de una pandemia

La Bitácora

Por Ebrahim Asvat

Siendo el corona virus un evento global ha surgido reflexiones desde diferentes perspectivas sobre su impacto en la sociedad.  Bernard Henri-Levy recoge sus reflexiones sobre la pandemia en su ensayo “El Virus en tiempos de Locura” .  No es la primera pandemia de los últimos tiempos.

En 1918 se estima la muerte de 50 millones por la llamada gripe española.  En realidad, no se originó en España.  Por no estar envuelta en la primera guerra mundial fueron los medios de dicho país los que primero informaron sobre la pandemia.   El secretismo y no chino en dicha ocasión fue de los países aliados que no deseaban propagar el terror entre los soldados enfrentados en la guerra contra Alemania, el Imperio Austro-Húngaro y Turquía.

Pero la más reciente fue la gripe de Hong Kong. En 1968 produjo la muerte de un millón de personas. En esta vuelta, a todos nos sorprendió la velocidad como el mundo se detuvo y las urbes se tornaron en ciudades fantasmas. Por primera vez en la historia el poder se le entrego a los médicos bajo el pretexto de un cientifismo. Sin ni siquiera tener una respuesta, pero quedaron imponiendo medidas de control y confinamiento por delegación de las autoridades gubernamentales.

Tanto los seres humanos como la economía en general terminaron subordinada a las decisiones de los médicos elevados a gobernantes en el estado de excepción allende de sus responsabilidades en los hospitales o los centros de investigación y desarrollo.  Y a diario se convirtieron en los protagonistas principales en un encuentro al atardecer invadiendo nuestros hogares y dándonos cifras de lo muertos y contagiados del día, los convalecientes en hospitales y cuidados intensivos, así como de las estadísticas mundiales.   Sin mencionar las contantes disputas médicas sobre lo que conviene o no conviene para el paciente en su tratamiento para evitar complicaciones producto del contagio.

A la fecha la demonización ha llegado a tal punto que los beneficios de la cloroquina y la hidroxicloroquina publicados por el Dr. Didier Raoult un virólogo reconocido mundialmente ha desatado una controversia entre tirios y troyanos.   La necesidad de uso de mascarilla entre un sí o un no.   La recaída ante el virus o la necesidad de abrir escuelas son objeto de constante controversia por médicos con opiniones contrarias y que llevan sus discusiones a los espacios públicos generando confusión, miedo e incertidumbre en la población.

Nada ha sido más inverosímil como los profetas del apocalipsis al establecer una relación de causalidad entre el virus y la recuperación del medio ambiente. El hecho de ver en algunas ciudades o pueblos fantasmas algún animalito salvaje como un proceso de recuperación de la naturaleza. O que la pandemia nos ha expuesto a una crisis del capitalismo global.    Ni existe una advertencia de la naturaleza ni hay un hundimiento del sistema económico vigente.

Y aunque parezca una locura hemos visto a gobernantes pedir protegerse con la medallita milagrosa de la Virgen Guadalupe (México), Pedir un Ayuno nacional para exorcizar al demonio y tener piedad (Brasil) o distribuir orina de vaca como un antídoto para acabar con el corona virus (India).  Inculcarle miedo a la población frente al virus ha producido todo tipo de reacciones inimaginables.  El acaparamiento de papel higiénico sin que la sintomatología lo exigiera.

¿Había alguna otra manera de enfrentar esta crisis?  ¿Nos faltó mayor participación sociedad, empresa y gobierno? ¿La necesidad de monopolizar la crisis o delegarla a un cuerpo médico? Algún día analizaremos nuestra incapacidad para darle un adiós a nuestros muertos, la imposibilidad de ir a nuestro centro de oración, el distanciamiento social que impidió visitar a nuestros familiares, el temor a los saludos corporales.

¿Qué representará todo esto hacia el futuro? Será de ahora en adelante nuestro modus vivendi. Esta pregunta me trae un aforismo del Rabino Hillel y citado por Henry-Levy: “Si yo no soy para mí mismo ¿Quién será para mí?   “Si soy para mí solamente ¿Qué soy yo?  Y si no ahora ¿Cuándo?    Cada quien debe cuidarse, pero saber que convive con otros y pensar solo en sí tampoco es la solución.  No se puede ser sujeto sin predicado y de allí el ¿Qué soy yo?   Sabiduría milenaria para tiempos de pandemia.

aldiapanama