Que no vemos en esta crisis
La bitácora
Por Ebrahim Asvat
Esta crisis sanitaria a nivel global ha acelerado procesos y adecuado a los seres humanos a trabajar, tranzar y a entretenerse de manera distinta.
Para los que no están al tanto de las nuevas innovaciones gubernamentales de urgencia para sostener una actividad en medio de la cuarentena tomen nota de la revolución en formas de pagos. El gobierno nacional y sus diferentes entidades han aceptado pagos por transferencia bancarias y hasta tarjetas de crédito. Los comercios están incursionando ventas por páginas webs, Instagram, WhatsApp, Twitter y otras redes sociales.
Los procesos de entrega tanto de mercaderías como de alimentos tienen una logística de motos y entregas a domicilio. Las empresas de servicio han incorporado el tele-trabajo como una nueva modalidad para seguir operando. Son cambios sustanciales en la forma de interactuar tanto personal como social y comercialmente que a través de los medios tecnológicos existentes se han acelerado y han llegado para quedarse.
Ahora veamos el efecto del teletrabajo a futuro. Las necesidades de locales para oficinas se verán drásticamente reducidos. Las empresas verán los significativos ahorros de tener a su personal laborando en casa. Más aún conociendo la contracción económica desde hoy a mediano plazo. Hay ahorros significativos en alquileres, electricidad, mantenimiento entre otros. Igualmente, para el trabajador, se reduce la necesidad de tener automóviles y perder tiempo en el tráfico.
Los nuevos apartamentos exigirán cuartos o estación de oficina para tener la necesaria privacidad durante las horas de trabajo en casa y contar con el material y el espacio necesario para el equipo tecnológico requerido. Realizar trámites por las redes tecnológicas limitará el número de mensajeros y tramitadores tanto del sector privado como el público.
Se generarán muchos empleos redundantes y desaparecerán otros. La necesidad de papel moneda para el pago de transacciones desaparecerá cuando toda forma de pago será electrónica a través de celulares. Ni siquiera las tarjetas de débito o de crédito sobrevivirán el cambio. El comercio electrónico se multiplicará exponencialmente, pues los hábitos adquiridos durante estos meses de pandemia llegaron para quedarse. Por el momento es cierto.
Muchos restaurantes cerrarán sus puertas pero no se puede escatimar el número de nuevos pequeños negocios de venta de comida a domicilio que han proliferado. Ahora será importante saber quién prepara las mejores pizzas artesanales, los mejores panes y dulces, los mejores postres. Y serán estos pequeños empresarios que desde sus hogares han habilitado sus cocinas para atender los requerimientos de terceros. Vivimos tiempos interesantes. Los procesos de cambio se han acelerado. A todos nos movieron el piso y los que puedan mantener el equilibrio sobrevivirán.