Fallece Diego Maradona, el fútbol de luto

 Fallece Diego Maradona, el fútbol de luto

Buenos Aires / Agencias

El deporte internacional se suma al dolor de Argentina,   Diego Maradona estaba recibiendo maniobras de reanimación y acaba de fallecer dentro de su nueva casa ubicada en la zona norte del Gran Buenos Aires, informó hace pocas horas Luis Ventura.

Mradona cuando salia al terreno dejaba sus huellas de gran deportista. (Foto Archivo).

Cabe destacar que, días atrás, se había tenido que someter a una delicada operación por un hematoma subdural, que fue realizada por su médico personal Leopoldo Luque.

El 30 de octubre, el astro del fútbol había cumplido 60 años y tanto los medios como las redes sociales se habían llenado de mensajes de cariño y admiración.

Antes de ser operado, el Diez había hablado sobre el contexto en Argentina y el mundo en tiempos de pandemia. “Mi deseo es que pase cuanto antes esta pandemia y que mi Argentina pueda salir adelante.

Maradona, durante el tratamiento a su enfermedad, en Radio Clarin!,  sostuvo que quería » todos los argentinos estén bien, tenemos un país hermoso y confío en que nuestro Presidente va a poder sacarnos de este momento”,

Y agregó: “Me da mucha pena cuando veo chicos que no tienen para comer, yo sé lo que es pasar hambre, sé lo que se siente en la panza cuando no comés por varios días y eso no puede pasar en mi país. Ese es mi deseo, ver a los argentinos felices, con trabajo y comiendo todos los días».

Su vida

Nació  el 30 de octubre de 1960 en Villa Fiorito, en un barrio humilde de un suburbio al sur de Buenos Aires, Maradona fue el quinto de ocho hijos.

De aquella época de privaciones, Maradona recordaba los frecuentes dolores de panza de su ma­dre Dalma Franco a la hora de servir la comida en la mesa familiar. Con el tiem­po entendió que era una ex­cusa para no comer y dejarle a sus hijos porciones más abundantes.

Su cumpleaños en octubre de 2020 marcó el inicio de una campaña soli­daria “Las Diez del 10” jun­to a la Cruz Roja.

Maradona anunció que subastaría diez de sus cami­setas y con el dinero recau­dado iría a barriadas pobres, como su Villa Fiori­to, con alimentos, artículos de higiene y materiales de construcción para mejorar las canchas de fútbol, cono­cidas como “potreros”.

 

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