Mabel y Ashly, los rostros que le dan vida a Ángel Guardián
Sala de Redacción / Al Día Panamá
Mabel Barría muestra con orgullo las 24 medallas que ha ganado como corredora de atletismo, mientras Ashly Carolina Herrera enseña su boletín de décimo grado con promedio final de 4.7 que revela lo aplicada que es en el colegio. Ambas chicas de 32 y 19 años del distrito de La Chorrera son los rostros de Ángel Guardián, un programa adscrito al Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) que protege y beneficia a 19 mil 106 panameños y panameñas con discapacidad severa.
Este programa está integrado por niños, niñas, adolescentes, hombres y mujeres con un ADN en común: fuerza, coraje y perseverancia.
Mabel tiene esas cualidades. Su historia de superación viene de largo, pues esta atleta de Olimpiadas Especiales superó un complicado parto y venció todos los diagnósticos médicos que le aseguraban una corta vida. Estas trabas no solo no han podido con Mabel, sino que han hecho de ella una persona más fuerte y luchadora.
Su discapacidad en nada la ha limitado. Esta veloz atleta de 100 y 200 metros planos ha ganado presea de oro, bronce y plata y en la pista (en la que corre todos los días) ha logrado vencer todos los obstáculos que le ha puesto la vida.
Ashly también tiene una historia de superación. A pesar de haber nacido con parálisis cerebral ha tenido una vida llena de gratos momentos. Su perseverancia ha rendido buenos frutos. Sólo vasta ojear su boletín para saber que es una excelente estudiante.
En materias como matemática, español y expresión artística alcanzó un promedio final de 4.9, 4.9 y 5.0, respectivamente. Su maestra Carmen Rodríguez la describe como una excelente alumna, siempre entusiasta y alegre, dispuesta aprender en todo momento y capaz de superarse así mismo.
«Ashly es un ejemplo puro de superación personal. Cada día se supera y esto lo ha logrado con el apoyo incondicional de su madre que le brinda toda la ayuda que requiere para hacer todo lo que se dispone», explicó la docente.
Un programa que restituye los derechos de los más vulnerables
Este programa que es parte de las transferencias monetarias condicionadas que realiza el MIDES, como uno de sus principales proyectos, les permite a ciudadanos como Mabel y Ashly acceder a transferencias a través de pagos trimestrales que les garantizan a los beneficiarios tener a su disposición un ingreso económico que les ayuda a acceder a servicios básicos como alimentos, salud y educación.
Los beneficiarios son personas que por su discapacidad no ingresaron al mercado laboral y requieren del apoyo del Estado, para tener una vida con oportunidades, igual que todos.
La mayor cantidad de los inscritos de Ángel Guardián, (8,017) tienen entre 30 y 59 años. El segundo rango de edad son menores de edad (4,684) y el tercer grupo (4,333) tienen entre 18 y 29 años. Estas cifras demuestran la necesidad que existe de seguir atendiendo a una población vulnerable que requiere de sistemas de protección.
Ángel Guardián ha crecido con los años. En agosto de 2013 arrancó con una planilla de 1,657 beneficiarios, nueve años después la cifra ascienden a más 19 mil panameños, lo que demuestra que existe un plan de trabajo enfocado en proteger a los más vulnerables. Entre el 1 al 19 de marzo este programa transferirá 4.6 millones de balboas a sus beneficiarios, correspondiente al primer pago del año.
Con esta transferencia Paula Foote comprará los pañales y la leche que requiere su hija Ashly. También adquirirá comida y los útiles escolares que se necesitan para el año escolar. Mientras que Eusebia Barría utilizará el dinero para los medicamentos de Mabel y los artículos de aseo personal que utiliza diariamente su hija.
El año pasado este programa transfirió $18,205,200 millones a 19,106 panameños y panameñas de escasos recursos. El primer pago de este año será de $4,664,880 millones, los esfuerzos por ampliar este programa ha llevado al gobierno nacional a incluir a 134 nuevos beneficiarios.
Estas son buenas noticias para Mabel y Ashly que seguirán en las filas de un programa que cuida y protege a los suyos. Ellas seguirán retando todos los desafíos que le deparará la vida, porque tienen un objetivo en común: vivir la vida.