Un libro para comprender nuestra separación de Colombia
He tenido el privilegio de leer un libro escrito por el doctor Mario Julio Galindo Heurtematte, cuyo propósito es el de que se conozca el verdadero dilema que confrontaron nuestros próceres, para decidir si Panamá debía o no separarse de Colombia. El doctor Galindo, con ese buen dominio y manejo que tiene del idioma, nos dibuja, con una claridad meridiana, las razones que obligaron a los próceres a declarar a Panamá como una nueva y libre nación.
No hay que ser muy docto para darse cuenta que Panamá y Colombia no tenían ninguna obligación de unirse en la época que lo hicieron. Por razones diversas, entre las cuales está, primeramente, que la fisonomía del panameño y la del colombiano eran muy diferentes, como lo deja muy en claro el doctor Galindo en su extraordinario escrito. Hoy, más de un siglo después, las diferencias que existen entre Colombia y Panamá han sido reafirmadas por la historia. El panameño sigue siendo tan diferente del colombiano, que no se necesita un antropólogo para hacer un estudio de la personalidad de cada uno de estos ciudadanos. Lo sorprendente es que le haya preocupado tanto a los próceres tomar la decisión de separarnos de Colombia, como establece muy bien el doctor Galindo, porque hasta ese momento no se había presentado la oportunidad de decirnos adiós uno al otro.
El rechazo por el senado colombiano del tratado Herrán-Hay, la Guerra de los Mil Días, con la tragedia económica que creó en Panamá, presentaban una oportunidad que los próceres comprendieron muy bien, para que no se repitieran nunca más tales hechos. Los próceres se dieron cuenta de la situación tan sui generis, tan única, que se le presentaba a Panamá, y había que aprovecharla. No podían dejar pasar la oportunidad, mas cuando Colombia había rechazado el Tratado Herrán-Hay que permitía construir un canal que beneficiaría a Panamá.
Hoy la historia ha sido justa con nuestros próceres y podemos darnos cuenta, como si ellos hubieran sido clarividentes, que Panamá de no haberse separado seguiría siendo la Cenicienta de Colombia y Colombia, a su vez, seguiría viendo a Panamá como una nación que no es Colombia.
El trabajo investigativo del doctor Galindo nos señala, en su libro, que muchas verdades de la historia no son como nos la enseñaron nuestros educadores de antaño. Señala el doctor Galindo que había suficientes méritos para que nosotros dijéramos no y adiós a Colombia. Con relación a muchos momentos de la historia que el doctor Galindo ha revelado en su trabajo, demuestra que nosotros en Panamá, particularmente nuestra juventud, requiere conocer la verdad sobre aspectos importantes de nuestra separación de Colombia que, aún hoy, no han sido enseñados en las aulas escolares.
Me ha llamado muchísimo la atención el trabajo del doctor Galindo, porque hay hechos en su libro de pasajes que no conocí en las aulas, y que hay necesidad de darlos a conocer para la juventud de hoy y de mañana. Pregunto yo, ¿por qué el Ministerio de Educación no reproduce muchos de estos pasajes escritos por el doctor Galindo y otros historiadores, que afirman, con una realidad inescapable, que Panamá iba camino de su independencia? Que nuestros próceres, lo positivo que hicieron, fue reafirmar el rumbo que llevábamos y que otros personajes habrían conducido a la nación hacia otros destinos.
Ojalá el Ministerio de Educación dedicara tiempo y recursos para revisar esta parte de la historia panameña con Colombia, de manera que la juventud nuestra, que se levanta hoy, conozca la verdad del porqué de la actuación de nuestros próceres.
Me siento honrado por el doctor Mario Galindo al obsequiarme este libro, que he leído con profunda atención, y a través de su lectura llegar a conocer muchos aspectos ocultos de nuestra historia con Colombia. Ojalá esta obra llegue a manos de la mayor cantidad posible de panameños, para que les ayude a crear sólidos fundamentos en cuanto a la vocación histórica que tanta falta hace en la conciencia colectiva de la nación panameña.