El engañoso marketing de Messi
Por Luis Alberto Díaz / Al Día Panamá
En esta era tecnológica el marketing mediático es una poderosa herramienta que en ocasiones manipula al público para ubicarlo al margen de la realidad.
Las figuras públicas como los deportistas se han convertido en un producto que genera millones de dólares para quienes viven de su fama. Muchas pierden el sentido de su nombre, porque sus manejadores las han convertido en marca y con ello las ponen en riesgo de perder su identidad a causa del abusivo marketing tan común en nuestros días. Tal es el caso de Lionel Messi, a quien por años han intentado presentar como el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos, cosa que no es tan cierta cuando se analiza el asunto a profundidad.
El engañoso marketing que se ejerce sobre el jugador es tan brutal, que cuando algún resultado propio o colectivo le es desfavorable, la maquinaria de mercadeo rebusca entre las estadísticas para inventarse récords que el argentino supera, pero que en la realidad no representan tanto como la publicidad de sus manejadores nos quiere hacer ver.
Incluso el marketing de esta gran figura del fútbol actual se saca de la manga cosas como su magia, sus gambetas, asistencias o tiros libres, presentándolo como un ser de otro planeta. ¿Es que acaso no hay otros jugadores que han compartido la cancha con él y que son iguales de galácticos? Futbolistas como Ronaldinho, Ronaldo Nazario, Neymar y Cristiano Ronaldo también han dejado o dejan su huella en este deporte. La magia de Ronaldinho Gaúcho, la velocidad y las gambetas de Ronaldo Nazario, las asistencias de Neymar y los tiros libres de Cristiano igual son cosas dignas de ver y algunas de esas habilidades, quizá, hasta superiores a las de la estrella argentina del Barsa.
Lionel Messi es, sin duda, un gran jugador que ha roto todos los récords históricos de su club, el Barcelona FC, cosa que lo ha convertido en la figura, estadísticamente hablando, más sobresaliente de todos los tiempos en dicho club. Esas proezas, del también conocido como La Pulga, han sido aprovechadas al máximo por su marketing para elevarlo, al menos en el plano publicitario y en la mente de quienes se las tragan, como el mejor jugador de todos los tiempos. Esas garrapatas insaciables, que sacan pingües ganancia con el nombre de Messi, le han creado una aureola falsa que se disipa cada vez más cuando se escudriña el historial futbolístico del argentino.
A mi modo de ver, una de las razones que ha llevado a escrutar cuidadosamente las estadísticas del argentino es el afán de presentarlo como el mejor futbolista de todos los tiempos. Desafortunadamente para su marketing, esa saturación de superioridad histórica encuentra obstáculos que aún no supera La Pulga. La referencia histórica indiscutida que representa Edson Arantes do Nascimento, Pelé, se agiganta en el tiempo y es muy poco probable que Lionel Messi logre sobrepasarla. El marketing del argentino quiso aprovechar que éste superaba la cantidad de goles marcados por un jugador en un mismo club, récord que Pelé ostentó por casi medio siglo. Pero compararlo con el brasileño solo desató una avalancha de nuevos obstáculos: los más de 1,200 goles de O Rei, sus 3 copas mundiales y su lugar en el top ten de máximos goleadores del Mundial de Fútbol son los nuevos escalones que tendrían que escalar Messi para realmente superar a Pelé como el mejor de todos los tiempos, cosa que parece casi imposible para el argentino. En este sentido, el marketing de Lionel Messi ha cometido un error.
Otro de los hechos que el marketing de Messi tiene como piedra en el zapato es la sombra que le hace su archirrival Cristiano Ronaldo, hombre también de récords y con un palmarés muy parecido al del argentino; al menos en su carrera en los clubes, porque en la selección de sus respectivos países la balanza se inclina hacia el luso. Mantener la rivalidad entre estos dos jugadores impulsa al marketing de Messi a rebuscarse récords que favorezcan al argentino, lo que obliga a adentrarse en el terreno de los mejores de todos los tiempos, territorio en el que el argentino está en desventaja cuando se examina su trayectoria con la albiceleste. Como es de suponer, el marketing tiene sus limitaciones pero siempre encuentra la manera de alimentar el insaciable apetito de las garrapatas que viven de la sangre de Lionel Messi.
Para decir que un deportista es el mejor del mundo o, de manera más osada, el mejor de todos los tiempos, hay que compararlo con los mejores del mundo y con los mejores de todos los tiempos. Y una manera de eludir esa confrontación es que el marketing neutralice la situación repitiendo la frase que «las comparaciones son odiosas.» Cierto que las comparaciones pudieran ser odiosas en algún sentido, pero cuando ese mismo marketing nos dice que este o aquel fulano es el mejor de todos los tiempos, ya está haciendo una comparación. Por eso hemos dicho que resulta desafortunada para el marketing de Messi la saturación que provoca su constante cacareo cuando nos presenta a La Pulga como el mejor de todos los tiempos. Cosa innecesaria, porque todos sabemos que Lío es un excelente jugador, un maestro del fútbol, uno de los mejores en este momento, el mejor del FC Barcelona de todos los tiempos, y alguien que ha hecho y hace historia en el fútbol de primera división. Atributos que habrían sido suficientes para un buen marketing, si no hubiera estado Cristiano Ronaldo en su camino. Por eso tratan de dar el salto más arriba y comienzan a agitar las aguas que ahogan al argentino en el remolino que provoca su propio marketing.
Que Lionel Messi es el mejor de todos los tiempos del FC Barcelona, no hay duda y no se discute. Que es el mejor de todos los tiempos: no es cierto; porque para ser el mejor de todos los tiempos hay que confrontarlo con los mejores de todos los tiempos. Y ¿dónde se encuentran los mejores? En sus selecciones nacionales. ¿Dónde compiten los mejores? En los torneos regionales y mundiales de las áreas de FIFA. ¿Está Lionel Messi entre los mejores? Definitivamente no. Ausente del top ten de los goleadores de la Copa Mundial de Fútbol, donde ocupa el puesto 38 compartido con otros 12 jugadores. Ausente del top ten de la Copa América, donde se ubica en la posición número 24 del ranking. En su selección ha marcado 71 goles, lo que le ubica como el segundo jugador sudamericano con más goles, detrás de Pelé que tiene 77, cifra que podría superar y convertirse en el mayor goleador sudamericano y alimentar así a su engañoso marketing.
Pero, como suele decirse, los goles dicen mucho y no dicen nada cuando no son determinantes en las competencias importantes. En ese sentido, La Pulga tiene una tarea pendiente con su seleccionado. El segundo goleador histórico de Argentina, Omar Gabriel Batistuta, con sus 56 goles, resulta mucho mejor con respecto a Messi cuando se le cuenta que ocupa el puesto 8 entre los goleadores de la Copa Mundial de Fútbol contra el compartido puesto 38 de Messi y el puesto 9 como goleador de la Copa América contra el 24 de Lío. En este renglón Batistuta ha sido más determinante para la selección argentina que el llamado por su marketing mejor jugador del mundo de todos los tiempos.
Al final, el marketing engañoso de Lionel Messi siempre intentará sacar partido de las estadísticas y los récords que le son favorable para seguir viviendo de la fama del argentino, pero que al final de su carrera, cuando no le puedan chupar más sangre y lo reemplacen por el jugador mediático de turno, serán dejados a un lado y la figura de Lionel Messi se perderá en los alejados puestos que ocupa entre los grandes que han dejado su impronta en la Copa Mundial de Fútbol y los torneos regionales que disputan las selecciones nacionales del planeta.