Ya tocamos fondo… ¡Peligra la institucionalidad democrática!
Por: Jorge Zúñiga Sánchez
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Para mi desdicha, leí la entrevista que recientemente un influyente HD le brindara a una periodista local. ¡De terror!, y lo peor es que no mostraba en sus palabras, el menor atisbo de culpa, de censura, ni de enmienda, que lo interpretamos como que ¡me eligieron, y ahora se la aguantan!
Ya el cinismo tocó fondo, pero al parecer nos deberemos seguir escuchando estas “ñamuras” hasta el 2024. En su densa tal vez el “Honorable” alegaría que la democracia es obra humana y como tal, no es perfecta. Imagino que después del encuentro, se reunió con su selecto círculo, para disfrutar de los acostumbrados aplausos y las “emplanilladas”.
La voluntad popular es la esencia de la democracia, y sus creyentes le atribuimos la mayor importancia, hasta considerar que en su irrespeto hay un deleite propio del autoritarismo “retardatario”. Este proceder atenta contra mandato constitucional que emparenta al HD con sus electores, pues ellos decidieron unilateralmente, que sólo le deben subordinación absoluta al partido. En tales condiciones preguntamos ¿Tanta desfachatez podría reproducir el sentir de sus electores? Por supuesto que no.
Si el interés de los electores carece de valor, y si para colmo otro HD abiertamente se jactó de mentir para ganar su curul, el tiro de gracia se lo dan a un sistema, que sin importar el partido, permite que negros, indios, y mestizos lleguen a esas altas posiciones.
Con todas nuestras fuerzas rechazamos esos disparates, porque ponen en el banquillo de los acusados a toda la clase media, pues todos quedamos descalificados, y así, los poderosos caminando sobre una alfombra roja, regresarán triunfantes al hemiciclo.
La institucionalidad democrática, cayó en estado comatoso, pues no hay ley, ni mecanismo, ni autoridad, ni poder alguno que en el nombre de la comunidad, ponga en cintura a los HD. Este es el principal argumento político que sustenta la revisión del esquema constitucional.
Pero sus entusiastas promotores pierden de vista que el remedio podría ser peor que la enfermedad. Contestemos este test: ¿Quiénes conformarían cualquiera de las Constituyentes que se instale? ¿Qué fuerza militante garantizaría una equilibrada relación entre el interés privado y el colectivo? Este es el nudo gordiano del problema, que se evade en la discusión.
*El autor Jorge Zúñiga Sánchez es abogado, profesor universitario y analista político