Qué hacer con el dinero que aporta el Canal de Panamá
El multimillonario aporte del Canal al estado ha sido la manzana de la discordia desde que pasó a manos panameñas.
por Luis Alberto Díaz /Al Día Panamá
Una de las ventajas que tiene el fisco nacional es el ingreso de más de mil millones de dólares anuales que recibe del Canal de Panamá, pero no se sabe a ciencia cierta qué se hace con ese dinero ni a dónde va a parar exactamente. Lo que se dice es que va a la caja común y que se utiliza para tapar los huecos deficitarios del presupuesto estatal.
Ningún país centroamericano tiene esa ventaja y, tampoco, la posibilidad de contar con un ingreso fijo de cientos de millones de dólares anuales que le permitirían planificar su desarrollo y alcanzar niveles de progreso por encima de los indicadores de la región. Pero, al parecer, a los gobernantes panameños solo se les ocurre desviar tanto dinero hacia el caño sin fondo de la gigantesca burocracia estatal.
Con el advenimiento de la pandemia de la Covid-19 Panamá tiene una oportunidad de oro para recuperarse y desarrollarse si utiliza los aportes del Canal de manera racional e inteligente. Si bien es cierto que las consecuencias de la pandemia han provocado una disminución de las recaudaciones fiscales, no lo es menos el hecho de que se requiere de inventiva para hacer buen uso del erario público en estos tiempos.
El gran reto que tienen los actuales gobernantes es el de recuperar la economía de manera sostenible y sustentable. Y en esto el aporte anual del Canal de Panamá es indispensable dedicándolo a la modernización de las infraestructuras públicas a nivel nacional, a la investigación y al desarrollo y la innovación en el país.
Urge crear y ejecutar un plan de desarrollo nacional financiado con los aportes multimillonarios que hace el Canal para construir a lo largo del territorio de la república potabilizadoras, acueductos y alcantarillados, carreteras y caminos, centros de investigación e innovación con científicos nacionales y extranjeros, sistemas de riego, generación de electricidad con plantas solares, aprovechar la ruta del oleoducto Puerto Armuelles – Chiriquí Grande para construir un gasoducto paralelo, ampliar y mejorar la infraestructura turística, crear escuelas de alta excelencia académica en cada distrito del país y apoyar a las cooperativas agrícolas y pesqueras serían parte medular de dicho plan.
Todas las ideas mencionadas contribuirían, enormemente, a mejorar la calidad de vida de los panameños y a reactivar la economía, lo que sería más beneficioso que tapar agujeros presupuestarios que no rinden ningún rédito para aumentar la riqueza del país.
Los panameños tenemos los recursos, las posibilidades y un activo fijo como el Canal de Panamá. Nos falta la voluntad y el deseo en nuestra clase política para cambiar las cosas. Siempre decimos que somos afortunados en cuanto a la ocurrencia de catástrofes naturales, pero no podemos decir los mismo de una clase política y otra empresarial que solo ve hacia su bolsillo y hacia las prebendas, las exoneraciones, los privilegios y el enriquecimiento que puede lograr a costa del estado.
Esperemos que nuestros dirigentes, públicos y privados, abran los ojos hacia la gran posibilidad que representa desarrollar el país dándole buen uso a los aportes del Canal de Panamá, para que el pueblo no siga preguntándose adónde van a parar los millones y millones que produce la empresa canalera.