Por Román Polanco / Nueva York

Un día más para disfrutar, pero las turbas no aparecen ahora. Hasta yo tengo miedo y mucho. Miedo a seguir las costumbres de aceptar el todo para conformidad. Miedo a los médicos de cabecera que tienen miedo, miedo a los vacunados que me atacan y  a los ignorantes.

Un nuevo desorden mundial, donde solo los cobardes sobrevivirán;  un nuevo proyecto humano,  difícil de entender. Con una burbuja especulativa avanza el reforzamiento en vacunar a una eufórica y bursátil maza errática sin psicología analítica propia. Concepto de supervivencia errado. Perdida del elemento de conciencia sin defensoría. No debemos analizar la presión de otros seres vivos ni la nuestra.

Una propuesta universal: nadie tendrá derecho, solo a morir. Renace la teoría del hombre zombi monitoreado. Nos impusieron un PARAÍSO, ahora una VACUNA y, con lo primero salieron ganando. Nunca superaremos esta imposición de PÁNICO irracional que contiene miedo, tensión y presión.

Todo ciclo viciado se repite cuando la cobardía humana no es capaz de resistir, cuestionar, analizar ni enfrentar.  Cuando los gobernantes fracasan y siguen adelante,  hasta Napoleón lo hizo. ¿Es probable que la OMS enfrente un juicio internacional por exterminio a la humanidad? ¡Coño se me fue la mano! Les deje dos elementos culpables de la desgracia del universo. El hombre está siendo degrado a su mínima expresión. (Ramon Polanco),