FERRUFINO CONDENADO

A 48 años de prisión fue condenado el ex ministro del gobierno de la locura Guillermo Ferrufino, por la adquisición injustificada de un vehículo de lujo. El delito por el cual fue condenado es el de Corrupción de Servidor Público, el el cual participaron otras dos personas que fueron condenadas a 36 meses de prisión. Este es uno de varios casos que tenía pendiente Ferrufino ante la justicia por enriquecimiento ilícito en diversas modalidades de delitos que señala la ley para funcionarios del estado. ¿Qué tal si te digo que saques una buena lección de todo esto?

DÍA DEL CONSUMIDOR

Y transcurre el Día del Consumidor con más pena que gloria entre nosotros. No solo por el encarecimiento de los precios, sino porque en Panamá la organización del consumidor es pobre y poco eficaz frente a los abusos diarios que sufre por parte de los comerciantes y proveedores de bienes y servicios. Es un factor cultural que debe superarse con educación y toma de conciencia por parte de la población. De poco sirve el esfuerzo de las asociaciones de consumidores existentes para defender sus derechos si la mayoría del pueblo consumidor le es indiferente acuerparlas y participar activamente en ellas. Feliz Día del Consumidor.

¿CONSULTORÍAS O CONSENTIDORÍAS?

De acuerdo con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el gobierno ha un poco más de 213 millones de balboas en consultorías desde que llegó al poder. Es sabido que algunas de ellas son otorgadas para ayudar a copartidarios o para enriquecer a algún consentido del mandatario o su círculo cercano. Es un acto consuetudinario de cada gobierno y que cada vez llama más la atención de los ciudadanos. Es tiempo que las autoridades competentes investiguen con especial celo tales prácticas, para salvaguardar la reputación de aquellos que en buena lid participan del concurso de consultarías en aquello que verdaderamente reclama su convocatoria. No todos deben ser echados en el mismo saco.

CERO Y VAN DOS

En menos de una semana ya van dos motorizados que mueren al colisionarse con sus motocicletas. Duele ver perder estas vidas por la temeridad con la que algunos conducen sus vehículos de dos ruedas por las calles y avenidas de la ciudad. Basta solo con pararse en cualquiera de ellas y observar como pasan a velocidad robándose la luz roja, por el lado de adentro de los automóviles que transitan a la par de ellos, en maniobras peligrosas entre los carros e ignorando las señales de alto al hacer giros a izquierda o derecha. Pareciera que tales motorizados no conocen las leyes de tránsito; ni respetan sus vidas ni la seguridad física de los peatones y el resto de los conductores. Algo hay que hacer al respecto.