El Escorpión
¡AGUA, AGUA, AGUA!
Ya es cosa común la suspensión del suministro de agua potable para realizar reparaciones en el sistema por daños que pueden ser prevenibles. Son varias las poblaciones del país que sufren por la constante falta del líquido por el mal estado de las plantas de procesamiento de agua potable o, simplemente, por la ausencia de estas. El suministro permanente y seguro de agua potable es parte del esquema de salud pública, por lo que los gobiernos deben hacer énfasis en construir potabilizadoras por todo el país para garantizar su provisión ininterrumpida a cada panameño sin importar que el área donde habita sea urbana o rural. Por sus hechos conoceréis a vuestros gobernantes.
VUELVE EL PERRO ARREPENTIDO
Germina en la asamblea nacional un proyecto de ley sobre incentivos al turismo. Al menos en cada gobierno aparece una ley sobre el tema. ¿Dónde quedó el plan maestro de turismo? Muchas idas y venidas nos ahorraríamos si hay una ley marco que rija al turismo. Ya es tiempo de incorporar a los pequeños inversionistas nacionales para dimensionar el turismo interno y externo. Normalmente quedan marginados de las leyes de incentivos que favorecen, en grado sumo, a los grandes inversionistas extranjeros con exenciones de impuestos y otras facilidades que ya poco atraen a los más serios. Mejor es favorecer a los pequeños para desarrollar áreas turísticas que después recibirían la inversión estatal en obras de infraestructuras que luego sí atraerían las grandes inversiones con polos turísticos ya probados.
CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD
Las miradas del mundo están puestas en las escenas que muestran a cientos de ucranianos masacrados supuestamente por las fuerzas militares rusas. Es intolerable este tipo de acto prohibido por las convenciones internacionales atinente a los conflictos bélicos. Los muertos son reales, aunque las causas se desconozcan. Del modo que sea, la forma que fueron asesinados y su muerte misma es consecuencia de la invasión militar rusa a Ucrania y, por tanto, achacable a Rusia. No hay vuelta de hoja.
BONIFICACIONES ESTATALES
Un variado número de instituciones del estado reparte entre sus funcionarios bonos de incentivo y productividad, sin que los servicios públicos que prestan mejoren. Ni siquiera el trato con el usuario se diferencia de otras donde no se reparten bonos. Algunas de estas bonificaciones ni siquiera tienen razón de ser, en especial en aquellas instituciones donde el pago de impuestos se hace obligatorio como el de la renta, impuestos de importación o el de inmueble. Las autoridades tienen que revisar dicha política de bonificaciones estatales y eliminarlas, si es preciso, para que no continúen siendo una dádiva que tiene más carácter de politiquería que de productividad.