Los medios de comunicación en Panamá son Zombies.
La bitácora
No se dan cuenta, pero siguen un libreto. El libreto del universalismo occidental hoy en día liderado por el orden americano. Hoy, los Estados Unidos es la cumbre de la civilización occidental. El que marca la pauta del progreso social y el desarrollo tecnológico. Su influencia permea en todas las esferas de la vida humana. Y la promoción de sus valores universales no son más que el reflejo de los valores del mundo occidental. Desarrollamos un concepto de democracia liberal, parlamentarismo, libre mercado, derechos humanos vistas desde los ojos de una potencial global imperial que se sostiene manteniendo una periferia debilitada, una hegemonía a prueba de adversarios y un orden mundial donde predomina su dictamen.
Frente a dicha hegemonía las voces disidentes, los países, las etnias y las religiones que la rechazan se convierten en ejes del mal, patrocinadores del terrorismo, o estados delincuentes. “you are either with us or you are against us” Estas con nosotros o estas contra nosotros. Cada nación, cada pueblo, cada etnia, cada religión debe encuadrarse dentro de este binomio y para ello debe asimilar el liberalismo democrático como el único sistema político aceptable, la universalización de la economía de mercado, la ideología de los derechos humanos. La tradición y el conservadurismo son limitantes de la libertad y un obstáculo del progreso social y tecnológico. La historia y el progreso tiene una dirección y la marcan los Estados Unidos y el camino o la ruta solo obedece a los principios por ésta promulgados.
Cuando los medios de comunicación como papagayos siguen los presupuestos de este universalismo occidental liderado por los Estados Unidos se distancian de la cultura, las tradiciones y la cosmovisión de sus propios pueblos. Y algo de eso ocurre en la América Latina cuando se producen líderes políticos con una intención de distanciarse de este universalismo occidental mirando a lo interno para encontrar sus propias respuestas o buscan la ruta de la excepcionalidad para resolver algunos problemas puntuales que afectan la gobernabilidad. Está bien cuando se utilizan drones para liquidar a supuestos terroristas (bajo la definición del poder imperial) con todos los daños colaterales en vidas humanas tal y como hoy se encuentran plenamente documentados, pero se critica y se condena el régimen de excepcionalidad en El Salvador por enfrentar a las maras, verdaderas pandillas de delincuentes terroristas. O se condena al gobierno cuando realiza un ataque frontal contra la corrupción en las instituciones de justicia por el alegato de la separación de poderes o la institucionalidad democrática.
En los países que enfrentan verdaderos problemas de corrupción, narcotráfico o gobernabilidad no existe forma de sanear las estructuras de gobierno sin someter a sus líderes a la condena pública. Yo realmente no veo la forma de resolver los verdaderos problemas sociales en Centroamérica si los que tienen el valor y se toman el riesgo de ejecutar las acciones necesarias para sanear al Estado terminan luego de su mandato acusados, perseguidos o enjuiciados por supuestas violaciones a los derechos humanos o extralimitación de funciones. Es cierto, en ocasiones esos mismos líderes por el grado de popularidad adquirida por sus acciones han cometido el error de pretender perpetuarse en el poder, pero no podemos descartar la necesidad de tomar acciones quirúrgicas para eliminar ciertos males que nos afectan como ciudadanos y atentan contra la gobernabilidad.
Es responsabilidad de cada país buscar la medicina que le cure sus enfermedades. Estoy seguro que sin la sabiduría popular de la mayoría de los salvadoreños que hasta el momento ven con simpatía el liderazgo de Nayib Bukele estarían frustrados con las distintas opciones que con anterioridad no produjeron los resultados esperados.
El otro tema a considerar son las relaciones con China, pero será materia de otro escrito.
( Copyright ©La bitácora/Dr.Ebrahim Asvat).