Los riesgos de un diálogo mediatizado por la fuerza
-Todo lo que en la Mesa se proponga con propósitos oscuros, muy pronto recibirá el rechazo ciudadano. No compartimos las interpretaciones que analistas políticos hacen de esta coyuntura, pues aunque en la forma haya semejanzas con otras explosiones sociales escenificadas en el área, no vemos que Panamá a corto ´plazo se produzca una ruptura violenta con “el status quo”.
Por: Jorge Zúñiga Sánchez
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Por supuesto que el alto costo de los combustibles tiene una permanente incidencia en la ya deteriorada calidad de vida de los panameños, lo que desató expresiones de descontento social de todo calibre. Los cierres de vías y calles se emplearon una vez más como “medida de fuerza”, para provocar zozobra entre la ciudadanía, porque era inminente la actuación respuesta de las autoridades competentes, y de inmediato se entablaron las conversaciones.
La ciudadanía no sólo soportó esas molestias, sino que les brindó su apoyo a las protestas, a las que de a poco se le fueron incorporando otros sectores disconformes, y otras exigencias surgieron al tapete. En esta primera etapa, el gobierno armó una Mesa de Diálogo, y a los pocos días, a cota de los recursos estatales, el combustible recibió una rebaja significativa.
Seguidamente, y con la mediación de la Iglesia Católica, se instaló una Mesa Única la que logró acordar los puntos del Diálogo, que paulatinamente se irían abordando. Con todo y estos avances, los grupos sindicales y sectores éticos sentados en esa Mesa, mantienen al país en zozobra con la constante amenaza de nuevos cierres de vías, como medida para forzar el predominio de sus planteos y sus peticiones.
Las primeras discusiones se refirieron al congelamiento de los precios de una serie de artículos de “la canasta básica”, y el listado de repente pareció interminable. Ya se escucha el rechazo de los grupos agro-productores a la continuidad de las acciones de fuerza, sector que a causa de los tranques, ya empieza a sufrir significativas pérdidas económicas.
Desde ya se auguran “posturas radicales” en rechazo al anuncio de la presencia de sectores empresariales dentro del diálogo, así que deberemos prepararnos para enfrentar otras “jornadas de lucha”, acompañadas nuevamente del “tranque de vías”, precedidas del usual lenguaje incendiario.
Inevitablemente a este ritmo, en pocos días escenificaremos el enfrentamiento de sectores sociales, resultado de la intransigencia de unos “dirigentes” que están convencidos que en la Mesa ostentan “la representación de las mayorías golpeadas” por la crisis. Semejante insensatez ya ha producido un agro-productor judicializado, al resistirse “con su fuerza” a la fuerza ilícita ejercida en su contra por los manifestantes. Este extremismo pone en evidencia que algunos grupos minoritarios lo que menos desean es llegar “a corto ´plazo” a consensuar acuerdos beneficiosos al interés de todos.
Creemos que esa “dirigencia sectaria” perdió la brújula, pues creen esperan controlar la Mesa a fuerza de cierres de calles, y desde ese espacio producir profundas transformaciones sociales. En el nivel de deterioro en el que se encuentra la sociedad, la Mesa de Diálogo es la única vía disponible para iniciar “la restructuración” de la economía, pues todos “los subsidios” otorgados como respuesta, ”tarde que temprano” los contribuyentes tendremos que pagarlos.
La Mesa Única forzosamente se tendrá que ir ampliando con la presencia de otros sindicatos y gremios profesionales. El tranque de calles cada día posee un limitado efecto, y de a poco la propia ciudadanía terminará clamando la intervención de las fuerzas policivas, y de paso, deslegitimando a sus promotores.
¿Cómo superaremos este difícil trance? Algunos apuestan a las elecciones del 2024. Otros consideramos que la Mesa debe producir los bosquejos del proyecto de país de anhelado, mismo que requerirá de la inversión privada; del trabajo de los obreros y la producción de los que trabajan la tierra, del emprendimiento de los profesionales, y de los sueños y utopías de los jóvenes.
Todo lo que en la Mesa se proponga con propósitos oscuros, muy pronto recibirá el rechazo ciudadano. No compartimos las interpretaciones que analistas políticos hacen de esta coyuntura, pues aunque en la forma haya semejanzas con otras explosiones sociales escenificadas en el área, no vemos que Panamá a corto ´plazo se produzca una ruptura violenta con “el status quo”.
Muy pronto quedarán excluidos de la Mesa aquellos que persiguen deseos politiqueros o incontrolables ánimos de figuración, así como esos “dirigentes” extremistas y también esos empresarios”recalcitrantes”.