FINANZAS PÚBLICAS

El panorama de nuestras finanzas públicas no es muy halagüeño. La diferencia entre las recaudaciones y el gasto público espanta y las medidas anunciadas para controlar el crecimiento de la deuda parecen insuficientes. Nos estamos jugando la salud financiera del país que va más allá del gobierno de turno. A pesar de que nuestra economía puede recuperarse rápido, una vez se superen los factores externos que la afectan, la cultura política tiende más a pensar que cada carga arropada con la manta del «gasto social» llega para quedarse. Si repasamos el estado en que se encuentran ciertas instancias que ayudarían a mejorar nuestra economía, nos daríamos cuenta que andan como las calles y carreteras del país. Algunas como el gabinete logístico, el Fondo de Ahorro de Panamá, la inversión en innovación y desarrollo, el fomento de la micro y pequeña empresa, el desarrollo agropecuario y la inversión turística local, entre otras, claman por mayor acción y seriedad en su manejo. Si algún legado quiere dejar este gobierno pandémico es mejor que preste atención profunda a este tema. Aprovechen bien el tiempo que aún les queda.

MÁS SALIVA, MÁS HARINA PARA TRAGAR

Del total de firmas para la candidatura presidencial que han recolectado los 21 aspirantes habilitados por el Tribunal Electoral para correr por el cargo, cinco de ellos se llevan el 77% de las rúbricas registradas hasta el momento. Los cinco punteros cuentan con experiencia política previa y tres son prominentes figuras de sus respectivos partidos. La lista la encabeza Francisco Carreira, líder de un partido político en formación, y le pisa los talones Luis Eduardo Quirós. Un poco más atrás la conocida perredista Zulay Rodríguez, seguida de los arnulfistas Melitón Arrocha y Katleen Levy. La mayoría ha pasado, al menos, por la diputación. A no ser que dentro del resto de los aspirantes surja alguno que empuje con fuerza, que se despidan del nene los dieciséis habilitados y los 13 que aún deben completar los requisitos para correr. Cógeme ese trompo.

ALQUILER DE OFICINAS ESTATALES

La cantidad de locales que el estado toma en arrendamiento para instalar oficinas representa un gasto cuantioso para el erario. No sería nada extraño si no fuera porque, de vez en cuando y de cuando en vez, la administración en turno utiliza ese método para engordarle el bolsillo a algún ungido político. Ahora que estamos entrando en la onda de optimizar las finanzas públicas, convendría que el sector público analizara cuáles entidades requieren tener sus propios edificios, especialmente diseñados para ofrecer sus servicios tomando en cuenta la actividad que desempeñan, ubicación, capacidad de estacionamiento y acceso fácil a sus sedes. Planificación señores, planificación.

ROBO DE CABRAS Y LIMONES

Ya ni el esfuerzo por invertir en el agro está exento del ataque constante de los amigos de lo ajeno. Por allá por Río Hato un grupo de pequeños empresarios denuncian la apatía de las autoridades de justicia de paz frente al robo que sufren de sus bienes, el vandalismo y el acoso de que son víctimas. Crías de cabra, plantones de limones persas y desaparición de materiales e insumos necesarios para trabajar en su actividad son contados entre lo robado por los delincuentes. De nada les ha valido el envío de notas al alcalde, al jefe de policía, al diputado del circuito y las misivas y visitas a la juez de paz del lugar. Nadie parece responder a su clamor de justicia. ¿Será que la indiferencia tiene que ver con sus denuncias por los delitos contra el medio ambiente y la extracción de arena de la quebrada Guabino?