El Escorpión

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TONGOS AL HOYO

La nota más llamativa del desfile de fiestas patrias en Penonomé fue el reguero de tongos que se produjo al caer la rueda delantera de una motocicleta de la policía en uno de los varios huecos y grietas de una avenida principal en Penonomé. Afortunadamente la caída no produjo graves daños al conductor de la moto y su acompañante que salieron despedidos por los aires tras el accidente. A eso mismo se exponen a diario los conductores y peatones que deben lidiar con los cráteres que proliferan por las calles y carreteras del país. El ministro picateta ya debe haber tomado nota después del descalabro de los agentes.

MINERA SIN CONTRATO

Aunque el presidente prefiere no hablar del tema, la realidad está tan a la vista que el silencio oficial no puede ocultar la situación entre el estado y la minera. La empresa sigue extrayendo material, destruyendo la naturaleza y exportando cobre y oro si un contrato que ampare sus actividades. Supuestamente hay compromisos económicos que deben cumplirse y darle al estado la parte que le corresponde en regalías y otros acuerdos, pero sin contrato que le dé vida jurídica a esas obligaciones se corre el riesgo de salir trasquilados en la transacción. Ahora estamos a merced de la buena voluntad y honestidad de la minera, que con el silencio oficial no sabemos si están honrado su palabra.

DE PARKIN Y BANDAS INDEPENDIENTES

El colofón de la violencia en fiestas patrias estuvo a cargo de los asistentes a los llamados «Parkin» y de los integrantes de algunas bandas independientes. Riñas, heridos y daños a la propiedad ajena fue el resultado de los actos de violencia protagonizados por los individuos involucrados en tales hechos. Cuchillos, pistolas, bombos y clarines fueron utilizados como armas por los revoltosos. Aquí hará falta algo más que la intervención de la policía en estos casos si no queremos que el asunto se salga de las manos. ¡Pelen el ojo!

HERBAZALES A LA ORDEN

Los herbazales que se forman al centro y las orillas de las carreteras son un espectáculo grotesco que denota el descuido y la desidia de las autoridades en la limpieza y el ornato de los predios de las vías. El monte crece tanto que se traga las señales de tránsito y va cubriendo los hombros de la carretera. También los animales, el viento y las lluvias arrastran semillas de arbustos y árboles que van creciendo y sus raíces amenazan con levantar el pavimento o se convierten en un peligro para los conductores al caer en las vías. Si no les gusta cortar la hierba constantemente, al menos podrían aprovechar la tierra y sembrar guandú o maíz para que los pobres tengan que comer y evitar que crezca el monte.

aldiapanama