Sala de Redacción / Al Día Panamá

El clima político electoral con miras a las elecciones de 2024 ya empieza a calentarse dentro del Partido Revolucionario Democrático (PRD).  Sobre ese punto, en esta oportunidad estamos con el Licdo. Jorge Zúñiga Sánchez,  abogado, docente universitario, columnista y dirigente de base del PRD, quien en los últimos años ha llevado en alto la defensa de clase media,  hoy nos concedió esta entrevista para AL DÍA PANAMÁ.    

1.- ¿Cuál es su  balance acerca de la gestión del gobierno de Cortizo?   

El Presidente Nito Cortizo lleva tres años y medio al frente del gobierno, y experimenta el normal desgaste que le  produce  que cualquier otro gobierno democrático en el mismo tiempo. Las mayorías olvidan que  recién salimos de la pandemia, ni tampoco que la cuarentena  que padecimos,  agravó la ya maltrecha economía nacional. 

2.- ¿Cómo evaluaría Ud. el papel de la oposición al gobierno de Cortizo? 

La ausencia de una oposición articulada, le dificultó  alcanzar el equilibrio político dentro del país. La crisis sanitario y económica complicaron la situación del país, y aumentaron las expresiones  de  insatisfacción ciudadana. El movimiento social asumió el liderazgo dentro de esta coyuntura, y mantuvo a distancia a la  oposición electorera.  En todo momento el  gobierno  ha recurrido al diálogo, y gracias a ello no ha habido necesidad de  rebasar los límites de  la institucionalidad democrática. 

3.- Cómo interpreta las tensiones entre el Ejecutivo y el Legislaivo?

Ambas instituciones por mandato constitucional ejercen facultades de control entre sí.  Esta relación interinstitucional ha tenido  momentos de tensión, y ha sido proyectada con un matiz negativo por los medios de comunicación con un matiz negativo, generándose la falsa percepción de que el Estado enfrenta una  inminente crisis institucional.                  

4.- ¿Qué lectura hace Ud. del distanciamiento  que se ha producido entre el gobierno nacional y el Partido Revolucionario Democrático (PRD)?

Este es un punto muy controversial.  Creo que desde un inicio no hubo coincidencia entre las agendas gubernamentales de Nito Cortizo y las de la dirigencia del PRD.  Es curioso, pero aun cuando la mayoría de los funcionarios del nuevo gobierno son del PRD, poco o nada influye el partido en la gestión y decisiones oficiales.  Confiamos en las capacidades de su nueva dirigencia, para reconstruir a corto plazo, canales de comunicación permanente.    

5.- ¿No cree Ud. que las últimas elecciones internas dentro del PRD, se externalizaron estas contradicciones interinstitucionales?

En lo absoluto. Si el PRD alcanzó el triunfo en 2019, no es de extrañar que la alta dirigencia del partido está presente en la Asamblea Nacional y el Gobierno Central. En esa  confrontación electoral cuanto mucho enfrentó    diferencias de tipo  personalistas.  Distinto habría sido que tales diferencias revelaran diferencias por asuntos ideológicos, pues eso sí complicaría  las vías de futuros entendimientos electorales.         

6.- ¿Para Ud. las elecciones de 2024  poseen alguna característica especial? 

La democracia es algo más que elecciones. Su gran virtud radica en que intenta armonizar “a ricos y pobres”. Pero, si el clientelismo ha detenido el avance del movimiento social, y la corrupción ha desarticulado el fortalecimiento político del poder económico, es difícil llegar a construir consensos sobre los ´problemas nacionales, por vías democráticas. Si la solución de este grave problema político no se enruta en las urnas, la conducción política del país sólo sería viable con un gobierno  autócrata. 

7.- ¿Tiene esta visión alguna relación con el enjuiciamiento e Martinelli y Varela? 

En los períodos de sus gobierno (2009-2019) el país cayó en la quiebra institucional.  Se recurrió a “toda suerte de malas artes” para neutralizar a  los partidos políticos, al empresariado y  al movimiento social “disidentes”. Si ello le sumamos la incapacidad que demostraron los mecanismos de control institucional,   las arcas estatales estaban al alcance  de “la rapiña”. 

En esos juicios habrá “una tiradera al agua” entre los miembros de ambos clanes, que hoy día reina pánico entre el sector empresarial local. Con las reservas del caso, afirmamos que ese juicio tendrá el mismo impacto político que en su momento tuvo la invasión de 1989. 

8.- ¿Cuáles son las consecuencias políticas del enjuiciamiento de Varela y Martinelli?

El sistema puede sobrevivir con un movimiento social fraccionado o inexistente, pero cuando los factores reales de poder están en  estado crítico, enfrentamos una crisis política real, que ha venido impactando  negativamente en la gestión del gobierno de nito Cortizo. No es posible alcanzar grandes logros nacionales, si no se cuenta con liderazgos fuertes en  el sector económico y el sector social. En la recuperación del Canal de Panamá tenemos el precedente más ilustrativo

9.- ¿De alguna manera ese enjuiciamiento tendrá algún efecto en sector oficialista?

No existe en ese listado ningún miembro del PRD.  Así que mientras los aliados de Martinelli y Varela “se rompen la cabeza” buscando   salvar a “sus líderes”, el PRD debe  afinar la mirada hacia las elecciones del 2024. El hecho que las encuestas revelen simpatías hacia Martinelli, va forzar a que muchos empresarios “libres de polvo y paja”, terminen conjuntados en las elecciones con el oficialismo. 

10.- En medio de esta coyuntura electoral, a su juicio, ¿qué cosas favorecería o perjudicarían al PRD?

La tendencia reinante es que los partidos en el poder no repiten. Hay mucho malestar dentro de las bases del PRD, así que el gran reto que tenemos para asegurar los votos “es bajar a las bases, tocar a sus puertas”, tal como ocurrió en las ultima lecciones para Delegados. Esta elecciones de 2024 le pondrán fin a una convulsionada transición  democrática. Los acuerdos y alianzas electorales se construirán sobre una  renovada agenda democrática. No se trata de un “borrón y cuenta nueva”, y la  democracia pondrá en orden las cosas que han quedado pendientes. 

Para las elecciones de 2024, no se puede pasar por alto el ascenso al poder  de gobiernos progresistas en los países latinoamericanos; ni la tensión guerrerista que se vive en Europa, la que alterará sensiblemente las relaciones de poder en todo el mundo. El país deberá estar preparado para esos cambios.