El Escorpión
¡JO, JO, JO, JO, JO!
El que salió con su gorro de duende navideño verde y rojo y su mascarilla amarilla fue el alcalde de los sanmiguelitinos Héctor Carrasquilla, para decir que nunca hubo retención de cuotas de la Caja de Seguro Social, porque los descuentos no se hacían por no entrar los recaudos correspondientes. Según el duende alcaldicio a los funcionarios se les pagaba el «salario neto», aún en medio de la crisis financiera del municipio. Por lo que se sabe el salario sin descuentos es «salario bruto» y el salario menos retenciones y descuentos «salario neto.» Para un hombre que dice que no quiere que lo saquen de su «redil» los políticos «desencuadernados» que andan por allí queriendo hacer llegar los tiempos políticos, no estaría de más pedirle a Santa que le traiga un diccionario como regalo de Navidad. Por ahora los reyes magos de la CSS ya le permitieron un convenio de pago y los funcionarios bajo su mando ya tienen su ficha digital para recibir las atenciones que les corresponde como asegurados.
EMBARAZOS PRECOCES
De acuerdo con datos citados por una sicóloga recientemente, el confinamiento provocado por la pandemia trajo como consecuencia 9,000 embarazos de menores de edad desde su entorno cercano, con la comarca ngäbe buglé a la cabeza. Según la sicóloga las causas son multifactoriales y van desde la falta de educación sexual y derechos reproductivos de las mujeres hasta la imposibilidad de romper el silencio ante las agresiones sexuales de las niñas. Dijo que para prevenirlos es necesario el acceso a las denuncias, modificaciones en las leyes y evitar los tabúes en las familias. Al parecer hay que ir más allá del librito porque, al menos en la comarca mencionada, se trata de una situación cultural que debe ser atendida fuera del molde que comúnmente establecen los manuales de educación sexual, de los delitos punibles y de la visión distorsionada de los derechos reproductivos.
FUEGO CALLEJERO
En ciertas partes de la ciudad se ha hecho común prenderle fuego a los recipientes de basura o utilizar las llamas para quemar la cubierta de cables para extraerles el cobre que llevan dentro. Es una peligrosa práctica que puede provocar tragedias mayores como la ocurrida en una calle de El Chorrillo, donde dos autos se incendiaron por estar cerca del fuego provocado para deshacerse de los malos olores de la basura acumulada. Esta costumbre debe ser erradicada de las comunidades y los sectores donde habitualmente se practica. Para el caso de la basura bien vendría aplicar el adagio popular que reza: «muerto el perro se acabó la rabia» y recogerla diariamente. En cuanto a los cables, la acción represiva de las autoridades debe dirigirse por igual a quienes los roban y a quienes compran el material para venderlo al por mayor o fundirlo. Mientras se dé ese despertar, seguiremos disfrutando de los piromaniacos callejeros.
YO NO FUI FUE TETE
El representante de la empresa encargada de la decoración navideña de la ciudad reconoció que los fallos en las instalaciones eléctricas de los adornos de luces es responsabilidad de un subcontratista contratado por ellos. Aunque no reveló el nombre de dicha empresa, que supuestamente tiene experiencia en estos trabajos, el hecho es que eso no exime a su empresa de la responsabilidad de los fallos eléctricos en el alumbrado navideño. Los adornos de luces que decoran la ciudad por Navidad son colocados desde hace varios años y es la primera vez que ocurre un fallo del tamaño del actual. Algo está fuera de orden aquí y se debe partir de la experiencia y la idoneidad de la empresa que ganó el contrato este año. De allí parte todo, incluso la capacidad y competencia para escoger a sus subcontratistas. Y si las decisiones se tomaron por buscar lo más barato para aumentar el margen de ganancia en el negocio, allí bien podría estar el meollo del asunto.