BRILLA POR SU AUSENCIA

El que anda huyendo de la comparecencia ante los miembros de la Asamblea Nacional es el sub administrador de la Autoridad de Aseo (AAUD), porque según él le han dado muy poco tiempo para responder a las preguntas «técnicas» sobre la situación de la basura en las calles. Algunos hasta dicen que el hombre cuando va por la calle y ve a un diputado se esconde tras el primer cerro de basura que encuentra en la vía. Cierto o no, el funcionario tendrá que comparecer para responder sobre el plan de gestión integral de los desechos sólidos, el plan institucional para solucionar el problema de la basura en el país y el estatus actual del contrato con la empresa que administra Cerro Patacón, entre otras interrogantes que componen el cuestionario de 6 preguntas que le envío la asamblea. ¿Cuál será la pregunta técnica que no quiere contestar?

¿Y LOS JAMONES?

Después del berrinche que armó el titular del Mida cuando Juan Diego le preguntó sobre el posible uso de los jamones por parte de los políticos para hacer proselitismo, ya no se habla del asunto. Pasó la Navidad y vamos para el Carnaval y nada de informe al respecto sobre quién, cómo, cuándo y dónde repartió los jamones que compró el Mida. De seguro más de un diputado o alcalde metió sus puntitos con las piezas de cerdo, ahora queda la tarea de averiguar quiénes fueron los agraciados en el reparto de los perniles. No hay queso ya, ni mucho menos una lasca de jamón…

DESORDEN PÚBLICO

Verdaderamente que vivimos en un país anárquico en cuanto al mantenimiento del orden público. Lo que vemos por las calles es un desorden total que no existe Dios ni ley que lo controle. Escándalos por todas partes, so pretexto de atraer clientes con la música a todo volumen, irrespeto por las reglas de tránsito, ocupación de la servidumbre para poner puestos de venta o hacerse de estacionamientos exclusivos, elementos callejeros que se apoderan de los espacios públicos para cobrar por su uso a los automovilistas, perturbación de la paz social por todos los medios y formas imaginables y la ausencia e incapacidad de la autoridad para controlar esa anarquía y proteger al ciudadano que se queja. Poco a poco se está imponiendo la ley del más fuerte entre nosotros, ante la mirada indolente de los gobernantes. Y ese desorden público que vivimos cada día es, en parte, la raiz del resto de los males que padecemos como sociedad.

SEXTA OLA

Panamá ha superado la sexta ola del Covid-19 al declararse que estamos en un 5% de nivel de contagio y en descenso. Con tantas olas esto parece una marejada y cada día que pasa parece que el país ya acepta su destino de tener al coronovirus como parte normal de de nuestro diario vivir. Tras casi 8,600 muertes y más de un millón de contagios, el Covid-19 ha dejado una profunda huella en nuestro tejido social. Las formas de trabajar, comprar y estudiar son hoy muy diferentes a las de hace tres años cuando se desató la pandemia entre nosotros. Sin embargo, hay sectores de nuestra población que aún no asimilan estos cambios y les resulta difícil afrontar los nuevos retos de la vida pos pandemia. Mientras más rápido abramos los ojos a esta realidad y la afrontemos, más pronto construiremos los nuevos cimientos sobre los cuales descansarán las nuevas estructuras económicas, políticas, sociales y culturales del país.