Por: Elka Rodríguez / Docente Universitaria.

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Lo transitorio y pasajero que es nuestra vida nos lleva a meditar sobre los grandes problemas a los que se ha enfrentado la Universidad Autónoma de Chiriquí (UNACHI), institución noble y templo del saber comprometida con la patria.

Este es un lugar de servicio al país y no debe haber espacio para los conflictos, la agresión verbal a las autoridades, las calumnias e injurias, los comentarios públicos malintencionados y los mensajes en las redes sociales que conllevan al descrédito y a las murmuraciones que cercenan la democracia institucional. En la UNACHI estamos dedicados a un proceso de educación permanente, esta institución es un soporte ético para el país y requiere que actuemos con inteligencia, respeto y sabiduría.  

El odio es tan venenoso que ata a las personas peor que la droga o el alcohol. El odio consume, enferma, impide avanzar a todo aquel que lo aplica o lo tiene.

Hay quienes ansían llegar al poder en las elecciones de abril próximo. Pero quieren el mando sacrificando a la UNACHI en su credibilidad e imagen. Por eso se les ve en abierto coqueteo con los verdaderos enemigos de la Universidad. Esta actuación los ensombrece dejando entrever a grandes rasgos su mal sana intención para que la UNACHI se estanque porque privan otros intereses.

Llegó el momento de hacer un alto en la diaria y constante lucha por la existencia decorosa y digna. Cada día que pasa debe ser para dar buenos pasos hacia el fortalecimiento de la UNACHI, en donde los seres humanos se despojen de las imperfecciones e infamias con las cuales la familia universitaria ha sido agobiada y torturada.

Es una brutalidad exponer a la UNACHI ante el escrutinio público y sentarla en silla de escarnecedores, creando situaciones de caos e intranquilidad en la familia universitaria y afectando la institucionalidad.

La Universidad Autónoma de Chiriquí, es una excelente institución de estudios superior, y está bien administrada, su trabajo es permanente y grandioso. El Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria de Panamá CONEAUPA, expidió la Certificación de Reacreditación a la UNACHI, con el máximo tiempo que otorga de 6 años.

Este importante logro fue el resultado del esfuerzo, empeño y el duro bregar de un equipo de intelectuales y académicos encabezados por la Rectora Magnífica, Etelvina Medianero de Bonagas, los vicerrectores, doctores Olda Cano, Rosa Moreno, Roger Sánchez, José Victoria y Jorge Bonilla. La Mgtr. Kilmara Castrellón, directora de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (DEADES), los decanos, directores y la comunidad universitaria en general.

Por otro lado, la Reacreditación nos honra a todos, es timbre de orgullo, prestigio, credibilidad, seguridad y satisfacción. La UNACHI ha sobrevivido a fuertes lluvias y tormentas. El diluvio no mató la unción de la Rectora, ni de su valioso y leal equipo de trabajo.

La Reacreditación de la UNACHI es una realidad contundente y firme, es una conquista que nos da la razón de ser. Es el signo de que nuestro Padre Celestial restauró los años que se desperdiciaron en luchas fratricidas infructuosas y destructivas para la institución.

Finalmente, hago un llamado a la paz, a la unidad, a la participación consciente; y que la política sea el mecanismo inteligente y responsable de la democracia para escoger los mejores servidores públicos, que puedan seguir trabajando con tesón por la universidad. Que la división y el escándalo en los medios de comunicación, que tanto afecta la institución, que nos afecta a todos, especialmente a los estudiantes que asisten con la esperanza de recibir conocimientos, ser competentes y servir a la patria que los vio nacer, sean erradicados y que aprendamos las lecciones que Dios nos da.