El Escorpión
MASA VEGETAL
Como si fuera un deporte o un evento natural la temporada de incendios comienza a hacerse sentir en todo el país. Algunos provocados, otros accidentales, pero que dejan su consiguiente huella de destrucción material y de la propia naturaleza. A pesar de la pena de tres años de prisión para quienes sean sorprendido prendiendo fuego al monte, la fiesta sigue para los perpetradores de tales flagelos. Aunque la inversión en equipos que se le ha dado a los bomberos, para atender los fuegos de masa vegetal, ha mejorado en los últimos años, aún es insuficiente y muchas veces la magnitud de los incendios pone en riesgo la vida del personal que los combate, sobre todo en zonas de difícil acceso. Los costos de estos insumos y del uso de satélites en ocasiones alcanza para adquirir hasta cuatro carros de extinción. Es menester la cooperación de la comunidad para frenar esta práctica y denunciar a quienes su tozudez les hace incurrir, cada año, en el mal hábito de prenderle fuego a herbazales y otras áreas verdes.
MASA CEREBRAL
Y esta otra masa parece que escasea en algunos componentes de la asamblea nacional, porque insisten en hacer ley de la república el detestado proyecto de incentivos al turismo ya vetado por el presidente y rechazado por parte de los empresarios de la actividad turística. A golpe de triquiñuelas y quién sabe de qué otras artimañas legislativas los diputados interesados en la aprobación de dicha ley consiguieron el apoyo de los padres putativos de la patria que les faltaba y lo aprobaron por insistencia. Ahora pasara a la Corte Suprema, donde pasará la prueba de fuego de la constitucionalidad. Interesante será el asunto, porque este proyecto tiene visos de que en parte el órgano legislativo se arroga derechos que le corresponden al ejecutivo. Ya veremos de qué madera están hechos los magistrados.
SEGURIDAD SOCIAL
He aquí otro tema que la Asamblea Nacional o, mas bien, los diputados que la controlan a fuerza de pactos politiqueros, insiste en revolver para enturbiar las aguas. Desde octubre del año pasado, por iniciativa ciudadana, fue presentado ante el órgano legislativo un anteproyecto de ley para reformar la norma legal que rige a la Caja de Seguro Social. Ahora lo han desempolvado y se disponen a darle curso en la comisión correspondiente para prohijarlo. Pero resulta que la tal iniciativa ciudadana viene auspiciada por el Conato, la Central de Trabajadores de la República (CTRP), la Central Nacional de Trabajadores (CNTP) y otras similares, incluida la Fenasep. ¿Será que este interés por atender la iniciativa ciudadana tiene que ver con el apoyo político que puedan negociar los diputados que empujan su discusión? Huele a politiquería y el electorero lo sabe. Esto es echarle gasolina al fuego y van a alborotar el cotarro en momentos en que se requiere de otro tipo de discusión para abordar el problema de la Caja de Seguro Social.
BOSQUES DE PACORA
No se trata de los que sufren por la devastación o las quemas veraniegas, sino de la urbanización que construyó una promotora y que ha resultado casi una estafa para quienes compraron sus casas. Resulta que un número plural de dichas viviendas muestran un grado de deterioro tal que apunta a defectos de construcción y uso de materiales de baja calidad. Las casas fueron vendidas en 60,000 dólares y las rajaduras y otros daños desdicen mucho de la seriedad de la promotora y del afán de hacer dinero a expensas de los incautos que las compraron. Mucha gente está implicada en este asunto: desde quienes aprobaron los planos, la constructora, los profesionales residentes, los inspectores, los bancos que financiaron y también resultan timados, Acodeco, Miviot, tribunal de ética de la SPIA y, posiblemente, la Capac si los promotores pertenecen a ese gremio. Arderá el bosque y ni toda el agua del depredado río del lugar alcanzará para apagar el fuego.