El Escorpión
LO QUE DEJÓ EL CARNAVAL
El saldo moral que deja el jolgorio de Carnaval es muy diferente a la estadística económica que suele darse a conocer cada año. Mientras el primero no se cuantifica, el segundo nos hablará de la bonanza que representa para la economía del país, especialmente de los pueblos interioranos, el gasto de dinero por los visitantes locales y extranjeros. El deprimente espectáculo que presentaron algunos carnavaleros nos dice mucho del deterioro moral que corrompe a una parte de nuestra sociedad. Hombres y mujeres, por igual, emborrachándose y en actitudes de demostración sexual más propias de una orgía que de diversión y entretenimiento, podían verse por doquier. Definitivamente que algo tendrán que hacer las autoridades, para darle otro sentido a esta fiesta colectiva. Y no se trata solo de imponer multas o meter presos a los protagonistas o colocar cercas de gallinero que contienen a los participantes pero no evitan la intoxicación con alcohol y la degradación moral que viene detrás al desinhibirse o envalentonarse por efecto del licor, sino de normar, controlar y evitar las prácticas que llevan a dichos actos, comenzando con los mal llamados culecos, que ya han desvirtuado su esencia y su sentido original, y aquellas tarimas donde se arenga e incita a la borrachera y a cometer actos libidinosos so pretexto de la diversión. Actos estos que son permitidos y patrocinados por la propia autoridad y pagados con fondos públicos. El Carnaval merece mejor suerte de lo que se ve ahora, si es que en realidad quieren convertirlo en una atracción turística que ayude a promover el país y al crecimiento de su economía.
INCENDIOS DEVASTADORES
Los incendios ocurridos en Colón y en David son un duro golpe para la economía de cientos de trabajadores que sufrirán los efectos de estos flagelos. Empleos directos e indirectos quedarán comprometidos y, algunos, reducidos a cenizas como las que dejaron los fuegos en las bodegas y almacenes consumidos por las llamas. Tanto en el reciente ocurrido en un centro comercial de Chiriquí, como en los almacenes de la Zona Libre, la irregularidad en el suministro y la presión de agua y los pocos hidrantes o la ausencia de estos en los sitios cercanos a los incendios resultaron ser el elemento común. Y en esto sí que existe responsabilidad de las autoridades, porque se supone que la provisión de agua y la colocación de los hidrantes son parte de la planificación de las ciudades y zonas comerciales, para la protección del público y de los bienes de los asociados. ¿Cierto o no?
MIÉRCOLES DE CENIZA
Ayer los templos religiosos acogieron a multitud de fieles que fueron a buscar el auxilio espiritual para el itinerario cuaresmal, un periodo de arrepentimiento y conversión que persigue la práctica de la oración intensa, el ayuno y la solidaridad con el prójimo a través de las obras de caridad y la limosna. Algunos bien parrandeados fueron a buscar la marca de la ceniza en la frente, reconociéndose como pecadores. Incluso algunos políticos fueron vistos en los servicios religiosos, ante la mirada curiosa de algunos asistentes. Otros, más conocidos, se espera que aparezcan en la romería del Nazareno de Atalaya y en otros actos devotos masivos, sin que se sepa si lo hacen por un acto de fe o por hacer presencia pública ante los electores. ¡Sepa Dios!