El Escorpión
DÓNDE ESTÁ LA ASEP
La gran cantidad de cables de telecomunicaciones que cuelgan por las ciudades del país es un grotesco espectáculo a la vista de propios y extraños. Incluso hay algunos que están casi al alcance de la mano, porque pierden la tensión que los mantiene estirados o porque los postes que los soportan han cedido por causa de diversas razones. Y no solo es ese espectáculo, sino que los servicios que proveen las operadoras van y vienen cuando les da la gana, la velocidad del internet fluctúa casi siempre hacia abajo a pesar de que el servicio se cobra completo, y ni hablar de los constantes apagones que sufren los usuarios en el servicio de electricidad. Todo esto ante una Autoridad de los Servicios Públicos que parece estar ausente y lejana de los usuarios. Que ponga una multita por aquí y dé otro regañito por allá no significa que el público se sienta protegido por este ente. Deben tomar más acciones sin esperar que les llegue una queja, que por cierto hay que presentar primero a las empresas y esperar 90 días por la respuesta, para luego acudir a la ASEP si uno no se siente satisfecho. Muévanse señores, porque el mundo se nos viene encima.
ACCESO AL AGUA
Otro servicio público que anda manga por hombro en muchas partes del país, principalmente en la ciudad capital. Y en este rubro la ponzoña se hinca en el Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales, conocido como el Idaan. Sí, así de cortito el nombre como cortito es el suministro de agua que reciben miles de panameños. Por años la pelota rebota en la morosidad, las fugas de agua potable, que desperdician miles de galones al día por el mal estado de las tuberías, y el manejo político de la institución que no la deja marchar como Dios manda. Con casi tres millones de usuarios y una buena parte de ella que viven como gorgojos clamando por una gota de agua, el Idaan se ve limitado en sus inversiones y bajo el imperio de una ley que debe ser revisada para darle mayor autonomía en su gestión y administración, ahora que se atrevieron a preguntar en el censo de dónde la población bebe el agua. La entidad es, hoy por hoy, el epítome de la sinvergüenzura con el negociado que por largos años se mantiene con los carros cisterna y el premio que cada cinco años se le da a algún partido aliado para que acomode a su gente. ¡Booom!
NO AGUANTAN EL POLVO
Los moradores de El Roble de Aguadulce salieron en pie de guerra a reclamarle a Sabonge por la polvareda que levanta el viento a causa de las calles de tierra que tiene la comunidad. Marcharon derechito hacia la cantera ubicada en esa comunidad y de la que el MOP saca el material para utilizarlo en la reparación y construcción de las vías. No se explican cómo teniendo la cantera junto a ellos sus calles continúen siendo de tierra. Y eso que no mencionaron los huecos, porque al parecer es el menor de sus problemas o no existen. Métale mano ministro, que la gente está cansada de vivir de polvo en polvo.
ACUERDO DE PENA
El conductor de la ruta de Burunga que asesinó a un pasajero que le reclamó el cobro abusivo del pasaje, logró un acuerdo de pena con el ministerio público que no ha sido del agrado de los familiares del difunto y otros usuarios del transporte. Aunque la condena acordada será de ocho años, los parientes del muerto esperaban una pena de 23 años. Por cosas como así es que la gente desconfía de la justicia, porque ¿qué podía ofrecer a cambio el homicida, si su acto brutal fue cometido delante de varios testigos y quedó grabado en imágenes de video? Será mejor que las autoridades comiencen a retirar de detrás del timón a todos aquellos que tengan historial de violencia o de delitos cometidos con el uso de la fuerza, para al menos prevenir la repetición de los hechos violentos que cada día protagonizan muchos conductores del transporte público y sus secuaces llamados pavos.