La Bitácora

Ebrahim Asvat

@easvat

Constantemente veo a funcionarios panameños viajado a distintas partes del mundo ofertando las ventajas de Panamá como país de inversión. Competimos con por lo menos 145 países del mundo que hoy en día en su política internacional le ponen mucho énfasis a la inversión.

Sin embargo, cuando veo quienes participan en estas travesías veo siempre a puro funcionario del Estado. No veo a empresarios, abogados internacionales, promotores ni contadores públicos autorizados panameños de las más prestigiosas firmas del mundo.

Yo realmente no se si en algún momento se ha medido los resultados de estos esfuerzos. Porque si bien hemos estados en listas de todos los colores y nuestra imagen internacional ha sido mancillada por los Panama Papers, nuestro país tiene unas ventajas competitivas por su posición geográfica envidiable especialmente dentro de las Américas, Asia y el Medio Oriente.

El presupuesto asignado a esto temas debe ser sustancial comparado con gobiernos anteriores y me resulta incomprensible que el efecto de ese esfuerzo no haya tenido impacto alguno.

Veamos el panorama actual. Contamos con tres instituciones dedicadas a promover la inversión extranjera.

A nivel Presidencial tenemos un consejero Presidencial con rango de ministro. Algunos lo llaman ministro de Inversión. Tiene su propio personal adscrito. Luego tenemos una autoridad autónoma conocida como ProPanamá. Y por último un Vice-Ministerio de Comercio Exterior.

Lamentablemente no sé cómo tres diferentes organizaciones que hacen exactamente lo mismo funcionan. Si la estrategia nacional es tripartita o está integrada. Y desconozco las razones por la cual existen tres entes haciendo lo mismo. Imagínense luego el interés de un inversionista extranjero. ¿A quién acude? Al ministro de Inversión, A ProPanama o al Vice-Ministerio de Comercio Exterior.

Yo estoy seguro que en su primera etapa no acude a ninguno de los tres sino a la firma de abogados con proyección internacional, a la firma de auditores (las 8 más importantes) o a algún empresario conocido para exponerle su interés y su plan.

Ahora bien, en esos viajes al exterior van funcionarios que no tienen ninguna experiencia en el mundo empresarial. Es decir, no han pagado una planilla ni se han endeudado para asumir riegos en alguna aventura comercial. La pregunta entonces es como se convence a los empresarios a invertir en Panamá. ¿Existe una estrategia de doble vía es decir llevar a empresarios panameños a ver oportunidades de inversiones en otros lares?

En realidad, observo una falta de estrategia coordinada además de carecer de colaboración con los agentes del mundo empresarial y sus asesores en estas tareas. Malgastar el dinero público es fácil. Andar como ciegos en el mundo peor.