TRES LÍNEAS
Asamblea Contaminada
El Órgano Legislativo es, quizá, el pilar del régimen democrático, no solo por sus funciones y atribuciones legislativas y constitucionales, sino porque dentro de esa institución tienen participación todas las corrientes políticas e ideológicas surgidas de la voluntad popular; por ende, también es el más cercano a la población y en sus miembros tiene el ciudadano su representación y su voz ante el resto de los gobernantes y los poderes del Estado. Pero cuando dicho órgano se desvirtúa, por causa de la actuación y la ambición de poder de los grupos políticos que lo controlan, pierde toda su autoridad moral y su propia esencia. Eso, precisamente, es lo que ocurre con nuestra Asamblea Nacional. Contaminada por algunos de sus miembros que tuercen las leyes y los reglamentos que la rigen, para satisfacer apetitos propios y sectarios. Uno de los más claros ejemplos es el de creerse por encima del mandato constitucional en cuanto a la distribución equitativa de las plazas de diputados. Desde hace un par de periodos algunos circuitos tienen una cantidad de diputados que no les corresponde: algunos más, otros menos. Y ello, sumado a otras desdichadas actuaciones, no solo corrompe la entidad legislativa, sino que pone en peligro toda la institucionalidad del régimen democrático.
- ¿Por qué razón el bloque mayoritario de diputados se niega a recomponer la cantidad de diputados en los circuitos electorales que lo ameritan?
- ¿Tal actuación constituye un hecho punible por nuestras leyes?
- ¿Estará consciente la ciudadanía de la responsabilidad que tiene al darle o negarle el voto a los diputados involucrados que buscan la reelección en el cargo?