Rescatar prestigio de la UNACHI con Estatuto Universitario

 Rescatar prestigio de la UNACHI con Estatuto Universitario

Por: Elka R. de Herrera / Docente universitaria

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No podemos permitir que sigan haciendo chiquilladas, no debemos tolerar vagabunderías, tampoco bellaquerías que perjudican a toda una institución de educación superior, conformada por profesionales capacitados y un estamento estudiantil cuya esperanza es aprender las competencias necesarias para insertarse en el mercado laboral y mejorar su calidad de vida.

Hasta cuándo tendrá la comunidad universitaria que soportar que un grupito de opositores con malquerencia por el fracaso de las elecciones a la rectoría de la UNACHI, perturben el clima laboral, difamen la UNACHI, perjudiquen el trabajo constructivo en la universidad y provoquen disturbios en los medios de comunicación masiva con mensajes que son más viciosos que el círculo y desinforman a la opinión pública nacional.

La culpa también la tienen los miembros de los órganos de gobierno de la UNACHI, por no actuar en consecuencia con los vergonzosos hechos provocados por el grupito de agitadores, que le están ocasionando un daño irreversible a la UNACHI, sometiendo a la familia universitaria al estrés, a la desinformación, a la división irreconciliable y al odio desde hace más de cuatro años concretamente. El Estatuto Universitario es firme, impone orden, reglamenta los derechos, las acciones y obligaciones del docente, entre otros aspectos. Contiene las reglas y normas fundamentales en virtud de la autonomía de la UNACHI.

Considero que la falta de responsabilidad, de entereza, de valor y de capacidad de este órgano gubernamental universitario para lidiar este deplorable asunto, no debe esconderse ante el muro de las lamentaciones con que pretenden convertirse en víctimas los violadores de la ley, del Estatuto Universitario y de las normas actuales en la UNACHI, cuando no son más que cómplices en el más aborrecible de las embestidas que puede sufrir una Universidad Estatal.

Reitero, los opositores de la actual administración de la UNACHI tienen más de cuatro años sosteniendo una campaña catastrófica, despiadada y pusilánime que estropea el renombre de la Universidad. Es alevosa y dañina para la institución. Todas sus reclamaciones no han sido más que un círculo vicioso que va y viene. Pareciera que el propósito de este grupito instigador es mantener a la UNACHI en el ojo del huracán de la opinión pública.

Han sido varias las demandas que han interpuesto ante la Corte Suprema de Justicia por causas insignificantes y, no han obtenido frutos de ninguna especie más que dar vueltas en un círculo vicioso.  Regar su ponzoña es más importante que trabajar en beneficio del crecimiento de la Universidad.

Los opositores han frenado la valentía de los miembros de los órganos de gobierno universitarios, por medio de otro tipo de campaña arrabalera en las redes sociales, volantes y comunicados anónimos en donde hurgan temas que convierten en vulgaridades, infamias, bajezas y burlas grotescas contra todos aquellos que defienden la UNACHI.

Hay precedentes en otras administraciones de la aplicación del Estatuto Universitario en la UNACHI, y es que dentro del grupo de los opositores hay una profesora a quien le quitaron la dedicación de tiempo completo por su holgazanería, porque no cumplía con su labor docente, era medallista olímpica en ausencias, acostumbrada a ir a las emisoras y televisoras a insultar y maldecir a la máxima autoridad de la UNACHI y zarandear la paz universitaria.

El Consejo General Universitario No 4-2000 (Extraordinario Ampliado-Sesión Permanente) acordó declarar non grata a esa misma profesora y se acordó en ese Consejo General el nombramiento de una Comisión para abrirle un proceso disciplinario para esta docente por patrocinar acciones en contra de la institución, o sea que está acostumbrada a hablar sin consideración ni reparo, generalmente criticando a la autoridad y a todo el que defienda la UNACHI y a su representante legal.

Además, se acordó que el Consejo General Universitario se mantuviera en sesión permanente: y se designara una Comisión que elaborara una resolución en la que señalaran los actos violatorios que se daban en la UNACHI al igual que los de tipo personal hacia el rector de la Universidad y en donde se oponían a la violación de la autonomía universitaria.

Amable lector, estamos frente a personas cuyas manos son insaciables para el dinero, de sonrisa fingidas y maliciosas. Familiarizados en agredir a la administración de turno, su conciencia tiene un precio: pactan por cargos importantes de miles de dólares. Viven alegres, aunque vivan sin estima.

En pocas palabras pensemos que las decisiones de los miembros de los Órganos de Gobierno de la UNACHI implican un enorme compromiso:  dar vida o enterrar la reputación, el respeto y el progreso de la Universidad Autónoma de Chiriquí. Todo está escrito, la ley y el Estatuto Universitario son claras.

Si tienen temor, podrían hacer una consulta a la Universidad de Panamá, para saber ¿qué harían los miembros de los órganos de gobierno de esa universidad estatal, ante   la arbitrariedad y los abusos de profesores en contra de la institución y de los estamentos universitarios?

Finalmente, señores, hay mucha tela que cortar con suficiente material referente a la conducta de quienes se gozan tratando de vilipendiar a la UNACHI, a las altas autoridades, a profesionales inteligentes y trabajadores. Son escenarios enmarañados y de los patios limosos.

 

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