TRES LÍNEAS
Desidia municipal
El descuido del ornato en diferentes áreas de la ciudad es evidente cuando se recorren sus avenidas y espacios públicos. Tal es el caso de un árbol en la Vía España, que fue podado por quién sabe quién y cuyas ramas, ya secas, semejan la preparación de una hoguera para quemar a alguna bruja, como en los tiempos de la Edad Media. Hoguera que, por cierto, si fuera posible tenerla como pena para los que violan las leyes y disposiciones municipales, vendría muy bien para quemar en ella a algún funcionario displicente o político corrupto. La limpieza y el ornato de la ciudad son la carta de presentación para propios y extraños. Mantener al día estas labores dice mucho del hacer o no hacer del alcalde y sus funcionarios subalternos. Hay que poner orden y velar por el cumplimiento de las normas establecidas al respecto, no importa si la poda fue practicada por el respectivo despacho municipal o por alguna otra institución o empresa, como el tránsito, las compañías de telecomunicaciones o las eléctricas que, por cierto, se han convertido en las enemigas número uno de los árboles que están en la vía pública para proteger los cables que se niegan a soterrar.
- ¿Por qué hay tanta desidia y displicencia con el ornato y la estética en algunos espacios públicos?
- ¿Cuándo el municipio tendrá un plan serio para embellecer la ciudad a través de sus espacios públicos?
- ¿Cuál es el motivo que impide el soterramiento de los cables que afean la vista de las áreas céntricas de la ciudad?