Solapado intervencionismo estadounidense

 Solapado intervencionismo estadounidense

Por Filemón Medina Ramos 

Periodista y Líder Sindical y Social

América Latina y El Caribe, en las últimas décadas, ha experimentado un cambio vertiginoso no solo desde el punto de vista de lo político, económico y social, sino desde la sagacidad del crimen organizado de enquistarse en el poder político del Estado, fortaleciendo estructuras delictivas y de corrupción, que hábilmente los Estados Unidos, ha aprovechado para consolidar su política intervencionista en esta región.

Tal es el caso de lo que ocurre en Ecuador, que pronto definirá en las urnas su futuro político, que al decir del colega periodistas Gustavo Veiga, de Página 12, “está sujeta a lo que ocurra con la llamada Ley de Asociación con Estados Unidos de 2022. Una norma votada en el Congreso de EE. UU. con vicios de la doctrina Monroe”.

El objetivo de iniciativas como estas revela en su artículo Gustavo, “es la de ampliar la gran influencia de Washington en el terreno que, a través de su embajada en Quito, la CIA y la DEA es cada vez más notoria, a modo de una nueva modalidad colonialista, ideado por un halcón republicano, Marco Rubio y otro demócrata, Bob Menéndez, que demuestra que los dos partidos tienen una mirada unívoca en política exterior”.

En Panamá, en hace más de dos décadas, durante el gobierno de Ernesto Pérez Balladares se buscó establecer un centro de combate internacional contra el narcotráfico, conocido entonces como Centro Multilateral Antidrogas (CMA), el que no prosperó gracias al rechazo de distintos sectores civiles.

Lo propio se dio durante la gestión de Juan Carlos Varela, donde los Estados Unidos buscaba establecer dos estaciones navales en el Pacífico panameño, que reavivó la polémica sobre la posible presencia militar estadounidense en Panama.

La estrategia geopolítica de Estados Unidos, tras el velo de la lucha contra el crimen organizado, parece encontrar adeptos entre las esferas político-partidistas, empresariales y de la sociedad civil; sin embargo, todo destello, que emana de iniciativas como estas, son una especie de recetario de colonización, intervención y control, en los países la región, que incluye cómo enfrentar “la influencia extranjera negativa”, y fortalecer la capacidad de la justicia y autoridades locales.

Esta fórmula ideada por los Estados Unidos debe ser auscultada en detalle, pues tras la aparente solidaridad y cooperación, se esconde el germen del intervencionismo y vasallaje de los pueblos de nuestra América Latina y Caribe.

 

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