Porque todos prometen cambiar lo que no van a cambiar
La bitácora
Por Ebrahim Asvat
@easvat
Todos los candidatos despotrican contra los diputados. En los medios la Asamblea de Diputados se publicita como la más corrupta. Los ojos de la población tal y cual vemos en las redes están puestos en los actos de los diputados.
Y sin embargo siguen siendo elegidos por la población. Hay diputados que no se postulas en las próximas elecciones después de tantas es porque decidieron retirarse o se cansaron de ser diputados. Otros terminan en la planilla de la Asamblea o de algún diputado. O si la suerte acompaña al Partido en alguna posición en el ejecutivo o judicial.
Llámelos lacras, corruptos, mediocres, traidores. Hay algo que si saben hacer. Ganar elecciones.
Y no importa quien sea el candidato a presidente vencedor, cambia el presidente, pero las estructuras permanecen igual. Y escojas al más pulcro, al menos contaminado, al más mentiroso o al menos malo de los candidatos para presidente de la República en una democracia las agendas públicas encuentran una muralla en la Asamblea de Diputados a menos que sean partícipes del presupuesto nacional. No tanto como presupuesto de la Asamblea sino como partidas circuitales, favores y prebendas además de las exoneraciones otorgadas por ley.
Y cada cinco años si no se dan cuenta es el PRD quien gana a una mano o a doble partida. Cuando el Presidente es del PRD la Asamblea gana. Cuando el Presidente no es del PRD también gana el PRD a través de la Asamblea.
O alguien tiene dudas de como los últimos dos gobiernos han logrado consensuar con la Asamblea en los temas de importancia. Llámese FES, FIS, Descentralización o esa famosa oficinita en el MEF desde donde se atendían a todos los diputados.
La hipocresía es la característica principal de nuestra vida política. Y como este es un juego de las mayorías nacionales los autodenominados químicos puros jamás alcanzaran más del 20% del total de votos emitidos.
En nuestro país cada uno toma una posición de honestidad para ganar elecciones y combatir al corrupto que en todas las circunstancias es el epíteto de quien ostenta el poder ejecutivo. Gobernar involucra adjudicarse con razón o sin razón, con derecho o sin derecho el epíteto de corrupto hasta tanto la historia se encargue con el tiempo de reconocer logros y triunfos además de borrar u olvidar los pecados.
Acaso no son referentes hoy en día muchos de esos que en su momento colaboraron con la dictadura militar. Esos ahora tergiversan la historia patria y sus acontecimientos y salen a la luz pública como paladines de la democracia y los derechos humanos.
En Panamá quien se atreva a alinear a todos estos componentes hacia una dirección determinada, con un plan estratégico que nos incorpore en la comunidad de las naciones como un país a respetar, serio y congruente entre su discurso y su accionar otro gallo cantaría. Por ahora nos toca esperar ese momento.