AFRENTA A LOS PRÓCERES
Por primera vez en la historia de la república y bajo un régimen democrático, la memoria de los próceres de la patria se ha visto herida. Ni siquiera un ministro de estado encabezó el acto de recordación y respeto ante la tumba del primer presidente de la república. En lugar del presidente actual o del vicepresidente o alguno de los ministros, el acto estuvo a cargo de un funcionario de cuarta categoría que no tiene ni mando ni jurisdicción como autoridad nacional. Hasta donde hemos llegado.
SALDREMOS ADELANTE
El risueño salió de su ostracismo voluntario y envío un mensaje a través de las redes sociales, en el que nos dice que Panamá saldrá adelante. No sabemos si lo hizo como alto funcionario o como candidato, pero lo que sí sabemos es que saldremos adelante pero sin él. Así como en estos momentos esconde la cabeza como el avestruz, igual tendrá que hacerlo, pero de la vergüenza que le provocará la arrastrada electoral que se asoma en el horizonte político. Un líder afronta y enfrenta los problemas y las crisis, pero en esto no está dando muy buen ejemplo nada. Apúntelo caballero.
QUÉ SABE EL BURRO
Llama poderosamente la atención la manera en que algunos diputados observan a los ciudadanos que comparecen ante la asamblea para exponer sus puntos de vista con respecto a los temas nacionales que allí se debaten. El caso del repudiado contrato minero con First Quantum no es la excepción. Es como ver a alguien que asiste a una exposición de arte o una ópera sin entender nada. Unos en realidad no captan ni pío, otros simplemente se hacen los suecos. Lamentablemente, los que así obran llegan al cargo legislativo por votación y no por mérito. Ojalá el votante que los pone allí abriera los ojos y los mandara para su casa en mayo próximo, para ver si así aprenden algo en su vida. ¡Qué sabe el burro lo que es alfalfa!
RUTA DE LA VIOLENCIA
Igual que en julio del año pasado, los productores han llegado al límite de su paciencia con los que insisten en trancar las carreteras de manera inflexible. De nada valen los ruegos y súplicas: la postura es intransigente. Tal actitud ha provocado que algunos, ya cansados, decidan despejar las vías por sí mismos, porque no hay autoridad que intervenga. Ambas partes se enfrentan y sobreviene la violencia, con el saldo de heridos y muertos. Uno de los que cierra calle atropellado; una niña también muere porque el bloqueo de la carretera no permitió llevarla a tiempo al hospital. De parte y parte se pierden vidas y hay responsabilidad en ello. Los dirigentes de los grupos que impiden el paso en la carretera deben entenderlo: la intransigencia no es buena para nadie, porque de allí a la violencia solo hay un paso y con ella todos perdemos.