El Escorpión

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CANAL SECO

Recientemente el gobierno nacional promulgó un decreto de gabinete que crea el canal seco de multimodal de transbordo de mercancías, bajo el nombre de Omar Torrijos Herrera. Con un nombre rimbombante y el recuerdo del general el asunto suena grande, pero no: el enfoque hace énfasis en el aspecto aduanero  y que las autoridades de aduanas designará la ruta por donde trasegarán la mercancía. La idea es buena, pero es necesario diseñar un plan de reparación de las carreteras existentes y las que han de construirse, su mantenimiento y la interconexión entre carreteras, vías férreas, aeropuertos y puertos. Por otra parte, debe ser materia de una ley y no de un decreto y dejar la ridiculez de estarle poniendo nombre de personas, en este caso el de Omar Torrijos que han utilizado con propósito propagandístico, porque ya Torrijos tiene varios monumentos y hasta una carretera con su dedicados a él. Para chabacanos, búsquenlos.

DEUDA PÚBLICA

El aumento galopante de la deuda pública es de escándalo. Ya casi alcanzamos los 50,000 millones de dólares y el servicio de la misma es de más de 4,000 millones anuales. Si sumamos el endeudamiento aupado por los tres últimos gobiernos las cifras son de pavor, porque son estos los que han disparado la deuda a cifras nunca antes vistas. Gran reto tendrá el próximo gobierno para frenar esta vorágine endeudadora y eso requiere de medidas impopulares pero necesarias, porque de lo contrario a todos nos llevará la tulivieja.

NADIE LA QUIERE

La concesión de telefonía celular que deja libre la empresa Digicel nadie la quiere. Dos operadoras mostraron interés, pero al final desertaron y rechazaron la licitación. La cola que deja esta salida de Digicel es que sus clientes tendrán que migrar hacia alguna de las empresas que prestan el servicio de telefonía celular, porque ninguna otra ha querido adquirir la concesión que deja vacante en un país donde hay más celulares registrados que habitantes en su territorio. Aló, aló, aló. Tuu, tuuu, tuu, tuuuuuu.

DÍA DE LA FELICIDAD

Este 2o de marzo se ha celebrado el día de la felicidad y los panameños tendremos que reflexionar muy bien en dónde está nuestra felicidad. En lo personal cada uno sabrá qué lo hace feliz, pero en lo colectivo esa felicidad tendría que incluir ambiente sano y agradable en nuestras comunidades, seguridad, espacios públicos para el esparcimiento, trabajo y salario justo, buenos servicios públicos y acceso a ellos las 24 horas del día, entre otros. Sin embargo, desde que salimos de casa o al volver nos encontramos con el caos en el tránsito, la basura por doquier, los apagones constantes, la falta de agua, transporte caótico en las periferias, contaminación visual con cables colgantes y vallas publicitarias en exceso. Ante todo esto, mas bien deberíamos celebrar el día de la infelicidad, porque, para el colmo, dos días después se celebra el día mundial del agua y aquí tampoco es motivo de felicidad.

Lea en Tres Líneas la relación entre la servidumbre pública, la basura y los postes de luz que encontramos en medio de las aceras tomadas por los automóviles: https://aldiapanama.com/2024/03/tres-lineas-36/

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