La Bitácora

Ebrahim Asvat

Yo he visto países despertar.   Singapur era un país pobre.   Corea tenía un ingreso per cápita menor a Panamá. Israel despertó con una economía pujante en temas de tecnología, Los Emiratos Árabes especialmente Dubái es la Miami del Medio Oriente, Sur de Asia, África y Asia Central.   China despertó y en menos de cuarenta años es la segunda potencia comercial más grande del mundo.

Veo una situación similar produciéndose en la India despertando con mucho dinamismo y creatividad.   Próximamente veo venir a Indonesia como un nuevo tigre económico del Sudeste Asiático.   ¿Y a todo esto nosotros que nos consideramos el ombligo del mundo donde estamos en estos momentos ubicados?    Seguimos dormidos en la bolsa amniótica de los Estados Unidos.

En mi opinión Panamá no ha despertado.  Todavía no se ha contagiado del dinamismo febril de las economías emergentes y alto crecimiento.   Es como si no nos hemos enterado de la mundialización de las economías.  Nuestros representantes gubernamentales se la pasan viajando a los Estados Unidos como si fuese el único país del mundo del globo terráqueo.   Y a China cuantas veces nuestro Presidente ha viajado?   ¿A la India?   ¿A los Emiratos Árabes o Qatar?  A Singapur, a Corea, ¿Japón?    Vivimos fuera de la orbita mundial.  ¿Entonces, de dónde vendrá el Chen Chen?

Establecer relaciones y promover inversión necesita demostrar interés.   Qué demuestra Panama cuando nuestros gobernantes no priorizan acercar los lazos entre naciones. Qué interés puede desarrollar Panamá si no tiene proyectos para ofrecer a los empresarios de otros países.  Hace muchos años atrás en un programa de televisión recibí una gran enseñanza.   El expositor preguntaba: ¿Quieres ser rico?  Mira lo que hacen los ricos.  Si sigues rodeado de pobres seguirás siendo un pobre.    Suena cruel, pero contiene una gran verdad.

Panamá debe estrechar sus lazos con los países ricos, los países emergentes con dinamismo y proyección mundial.   Allí están los inversionistas y los capitales para mover nuestra economía. Pero para ello debemos contagiarnos de un espíritu de trabajo duro y superación.   De ahorrar para la inversión.   De innovar y crear empresas.   Hablar todos los días de corrupción, de narcotráfico y lavado de dinero, de lo que no hizo el gobierno anterior nos estanca en nuestras metas y objetivos.  Bueno eso depende si realmente queremos chen chen en el bolsillo de los panameños.

Panamá en la comunidad de naciones es un país durmiendo su siesta mientras otros avanzan.   La potencialidad de un país no me dice nada si la orientación de sus dirigentes esta equivocada o no le presta atención a las oportunidades.   Hace unos días la embajadora de China pidió reanudar el Tratado de Libre Comercio.   A Panamá hay que pedirles a gritos para que reaccione.

*Informaciones que merecen su tiempo 

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