Sal en la Herida

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La inversión en obras de infraestructura es vital para desarrollar la economía de servicios y hacerla atractiva y competitiva. Foto Internet

Infraestructuras y desarrollo económico en Panamá

La prestación de servicios es el eje de la economía panameña y la inversión en infraestructuras el elemento clave para desarrollarla.

por Luis Alberto Díaz

Variados son los elementos que inciden en el desarrollo económico de un país; desde sus recursos naturales y su sistema educativo, hasta la iniciativa privada y la competencia de sus gobiernos. En el caso de Panamá, su situación geográfica como istmo y punto de unión entre los océanos Atlántico y Pacífico es la que marca la pauta para ese desarrollo, ubicándola como centro de tránsito mundial y meca de la economía de servicios.

A pesar de que algunas voces reniegan de los servicios como principal actividad económica del país y preferirían que nos dedicáramos más a la industria, descuidar o, lo que es peor, reemplazar al sector servicios como principal renglón económico por el industrial, sería un suicidio. Es mejor potenciarlo y explotarlo al máximo convirtiéndolo, incluso, como un aliado para la industria de alta tecnología que sería mucho más beneficiosa para el país, en vez de aventurarnos en una producción industrial que requiera volumen de fabricación y bajos precios que no podríamos ofrecer por razones de mano de obra masiva y barata que no tenemos.

Lo nuestro es la economía de servicios que, desde antes de los tiempos de la colonización, ha sido la principal actividad de nuestro territorio. Por eso la inversión en obras de infraestructura es clave para hacer crecer la economía y alcanzar el progreso de Panamá. Carreteras, puertos, aeropuertos, generación eléctrica, telecomunicaciones, internet, transporte, capacidad de alojamiento, banca y logística son piezas fundamentales en la estrategia de desarrollo del sector servicios como principal impulsor de la economía del país.

Proyección artística del futuro cuarto puente sobre el Canal de Panamá, cuya construcción está por comenzar.

Todas las obras de infraestructura mencionadas tienen un denominador común en la actividad del turismo, porque son necesarias para el desarrollo robusto de los servicios turísticos. Por eso, si queremos justificar su construcción y la recuperación de la inversión en esas obras, el plan de desarrollo del turismo que adopte Panamá tiene que incluirlas de manera forzosa.

Desde hace mucho el sector turismo es mencionado como la opción más viable para el progreso del país, pero los esfuerzos realizados han resultado insuficientes. Desarrollar el sector a niveles de oferta turística de alta gama requiere no solo de la inversión del estado en obras de infraestructura, sino de la inversión y la gestión de la empresa privada que alcance los estándares de calidad requeridos para una actividad turística que sea competitiva y que sea atractiva tanto para el segmento de lujo y altos ingresos, sino para el turista que busca visitar destinos que ofrezcan tarifas asequibles y de calidad aceptable, tanto extranjeros como locales.

Panamá es un país territorialmente pequeño con lugares potencialmente aptos para el desarrollo del turismo. Sin embargo, mucho de esos sitios resultan inaccesibles o con servicios básicos deficientes como el agua potable, la electricidad, transporte seguro y confiable, y los sistemas de comunicaciones por señal telefónica e internet. De allí la importancia de invertir en estas y otras infraestructuras antes mencionadas. El desarrollo del país y el crecimiento de su economía pasan, forzosamente, por la potenciación del sector de servicios, y apostar por otra actividad fuera de él como punta de lanza para el crecimiento económico sería, probablemente, hacer esfuerzos vanos y conducir todo intento de ese tipo al fracaso.

Luis Alberto Diaz