El Canal de Panamá cumple 35 años de haber sido traspasado a Panamá por parte de los Estados Unidos de América. Tres décadas en la que hemos visto cómo lo hemos modernizado, ampliado e incorporado a desarrollo económico del país.

por Luis Alberto Díaz

Hace 47 años se firmó el Tratado del Canal de Panamá y hace otros 45 años comenzó la transición a control panameño teniendo como punto de partida aquel 1 de octubre de 1979 cuando cobra vida la Comisión del Canal de Panamá en la que 4 panameños formaban parte de su junta directiva. Fueron 22 años de espera desde la firma del tratado y 20 más desde el comienzo del periodo de transición hasta su pleno traspaso a nuestra nación.

Ya en manos panameñas Panamá y su Canal han vivido fechas importantes como: la administración de la vía el 31 de diciembre de 1999 a través de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), creada por el mandato constitucional de 1997; el nuevo sistema de arqueo de buques en 2005 basado en el TEU (capacidad de carga de un contenedor); la aprobación de la ampliación en 2006 mediante referéndum; la inauguración del Canal Ampliado en 2016; y el fenómeno de la sequía entre 2023 y 2024 que desató la crisis hídrica más profunda de su historia.

El Canal de Panamá es una obra de ingeniería impresionante, al igual que sus cifras más importantes. Excavarlo conllevó la extracción de 144 millones de metros cúbicos de tierra y rocas, sin contar la ya extraída por los franceses en su intento fallido por construirlo. Tiene una longitud de 80 kilómetros, una anchura entre 91 y 300 metros, y una profundidad mínima de 12,8 metros y máxima de 13,7 metros. Tres esclusas gemelas localizadas en Gatún, Pedro Miguel y Miraflores, además de las nuevas esclusas de Agua Clara en el Atlántico y Cocolí en el Pacífico. Y cuenta con uno de los lagos artificiales más grandes del mundo, el Lago Gatún, con una superficie de 425 kilómetros cuadrad0s.

Por el Canal transitan cerca de 40 barcos diariamente y la ruta une 170 países con alrededor de 1,920 puertos de procedencia o destino. Sus principales usuarios son los Estados Unidos, China, Japón y Corea del Sur. La mayor parte del tráfico que surca el canal se desplaza entre la costa atlántica de los Estados Unidos y el este de Asia, mientras que el tráfico entre Europa y la costa oeste de los Estados Unidos y Canadá constituyen la segunda ruta principal del comercio de la vía acuática.

Los principales productos que transitan por el canal son: granos, carga en contenedores, petróleo y derivados y, desde su apertura, el Canal de Panamá ha sido atravesado por más de 700 000 barcos, cuyo tiempo promedio de permanencia en aguas canaleras actualmente es inferior a las 24 horas.

Recientemente, y con motivo de los 25 años de la transferencia de la vía acuática a manos panameñas, ella ACP presentó una campaña bajo el lema «Hechos del Canal», para rendir homenaje a la historia, logros y desafíos del Canal de Panamá, resaltando su importancia como motor de desarrollo y símbolo de la identidad nacional.

La campaña también destaca la visión de futuro del Canal de Panamá con un enfoque hacia la sostenibilidad e innovación, con el objetivo de mantener al Canal como un eje de crecimiento económico para Panamá y el mundo. Dentro de la campaña destaca el documental «La Gesta del Canal», cuya producción estuvo a cargo de personal netamente panameño y en él se destacan los logros obtenidos por el Canal durante sus 25 años en manos panameñas y narrados por sus protagonistas.

«Hechos del Canal» presenta de forma artística una compilación de momentos que reflejan el aporte del Canal para el país; a partir de su rica historia, los desafíos y las proyecciones futuras, enmarcándola en 5 áreas: la identidad y la cultura panameña; el Canal como pilar de desarrollo económico del país; su legado de sostenibilidad hacia el futuro; su fuerza laboral y capital humano; y la visión del Canal de Panamá orientada hacia la innovación y la adaptación para enfrentar los retos venideros.

Estos 25 años de administración del Canal de Panamá en manos panameños debe llevarnos a reflexionar sobre nuestra capacidad como pueblo y nación de emprender obras grandes y afrontar retos monumentales para cambiar el destino de nuestro país.