El Escorpión
Lunes 30 de diciembre de 2024
PARRANDA ABIERTA
El pulseo por el horario de los berrinchosos entre la alcaldía y el gobierno central trae sobre el tapete algunos puntos clave. Por un lado está el permitir la apertura de los locales de diversión más allá de la hora límite vigente hasta ahora y, por el otro, la tranquilidad de los vecinos que viven en áreas cercanas a los sitios de parrandas. Hay que guardar el equilibrio entre ambas cosas, porque así como no quiere someterse al empresario de los centros de diversión a un horario controlado, igual debe garantizarse la tranquilidad y el descanso de los habitantes. Lugares como el Casco Antiguo y el área de Amador en los que suele formarse el zafarrancho si control alguno, constituyen puntos neurálgicos en esta polémica. A los negocios hay que exigirles que su bulla la hagan dentro de sus locales y en un con revestimiento anti ruido; y, a la policía, que cargue para los juzgados con aquellos que hacen mala juma y protagonizan riñas y escándalos en la vía pública. Y a la OCA, en el Casco Antiguo, que cumpla con sus funciones y no esté solo de adorno en este debate. Borrachos y borracheras no traerán nada bueno si los dejan como buey suelto y sin yugo.
OTRA CARA DE LAS REFORMAS
En estos últimos días las conversaciones entre las fuerzas del gobierno y las de oposición han estado muy activas por el tema de las reformas al régimen de seguridad social. Es evidente que existe un interés en que dichas reformas sean aprobadas con prontitud, porque una ley como esa ayudaría a calmar a las calificadoras de riesgo y a salvaguardar el grado de inversión del país. La aprobación es necesaria porque, también, estaría muy ligada al tema del presupuesto nacional para 2025 y, con ello, tener más claro el panorama de nuestra situación fiscal. Pero esto no es asunto de prisas ni de complacer a las calificadoras y los organismos internacionales que tienen que ver con el tema económico. La prisa no es buena consejera e ignorar el tema, como lo han hecho los tres gobiernos anteriores, tampoco. Hay que guardar el equilibrio y, sobre todo, aprobar reformas que sean sustentables y sostenibles en el tiempo; porque, si no es ahora, el diferendo con las calificadores y los organismos internacionales sobrevendrá en el futuro cercano.
PANTALLAS LUMINOSAS
Cada vez es más común el uso de las pantallas luminosas para uso publicitario y, con ello, las afectaciones a conductores y residentes de los edificios cercanos. Por más que quiera regularse la intensidad de la luz que emiten, el asunto se sale fuera de control. Sería mejor regular la distancia y lugares en las que pueden ubicarse, al igual que el tamaño de las pantallas con respecto a las zonas en las que puedan usarse. No hay nada más engorroso que ir conduciendo y de pronto sale un vehículo con dos pantallas cambiando de colores cada segundo; o estar durmiendo en su propio apartamento y que le pegue la luz de una inmensa pantalla montada sobre la fachada o la azotea del edificio de enfrente. Hay otras formas de hacer publicidad en las áreas pobladas o de alto nivel de tránsito, sin necesidad de recurrir a las pantallas luminosas que, en no pocos casos, son un estorbo y una incomodidad en vez de algo atractivo y aceptable.
RESPUESTA CONTUNDENTE
La carta del ex embajador de Panamá en Washington, Juan B. Sosa, dirigida a un alto ejecutivo de la cadena Fox News con respecto a las palabras de Donald Trump de recuperar el Canal de Panamá es una pieza digna de ser analizada por ciudadanos y políticos. La contundencia y los detalles expresados en su contenido con respecto a la administración del Canal de Panamá por manos panameñas; lo que significa la vía en la relación entre Panamá y los Estados Unidos; el beneficio militara del Canal ampliado para ese país; el compromiso adquirido con la firma del Tratado del Canal de Panamá; y el fundamento de que el Canal es panameños y no de los Estados Unidos, entre otras consideraciones, son más que elocuentes ante lo manifestado por el presidente electo Trump y ponderado por Fox News. Lo expresado en la misiva debe llamar la atención de la ciudadanía y, de manera particular, de nuestra Cancillería.