El Escorpión

Jueves 12 de junio de 2025
POBRE GESTIÓN
Escandaloso el mal manejo del presupuesto por parte de Etesa. Tras habérsele aprobado un presupuesto de más de 280 millones para este año, casi 167 de ellos para inversión, la empresa estatal solo ha ejecutado unos 3 millones de dólares de lo presupuestado para inversión. Y dice su vocero que esperan ejecutarlo antes de que termine el año. Mejor será que llame a Tom Cruise, porque eso parece más una misión imposible que una realidad posible. A menos que se vuelvan locos con los traslados de partida para poderlo gastar todo. Al menos ya sabemos el porqué de la mala prestación del servicio eléctrico, en parte, dando tumbos como un borracho y agarrándose de poste en poste para no caer al suelo.
DENUNCIAS A TUTIPLÉN
Aumentan las denuncias por nepotismo y corrupción dentro del sector público. Un indicio no solo de la podredumbre reinante en las entidades del estado por la costumbre de algunos gamonales políticos de manejar los recursos públicos como si fueran propios, sino el despertar ciudadano frente a los casos de corrupción que abundan en el sector estatal. Para apoyar esa acción ciudadana es necesario que organismos como la Antai, que tradicionalmente no ha sido muy efectiva, le den confianza a los ciudadanos en su actuar y su honesto proceder. Igual vale para el Ministerio Público y, sobre todo, para la administración de justicia en manos del Órgano Judicial. Solo con un sistema de justicia fuerte y confiable podremos combatir el flagelo de la corrupción que corroe las instituciones estatales desde hace tantos años.
VOLVER A CLASES
Poner fin de manera unilateral a la huelga que mantiene el sector docente no será cosa fácil; ni por el sector de los educadores ni por el propio gobierno. El escenario es complicado porque, por el lado de los docentes eso sería claudicar y dejar el movimiento en una posición de debilidad que lo hará vulnerable en caso de huelgas futuras. De parte del gobierno sería otro tanto igual, con el agravante que de aquí en adelante cualquier grupo le cerraría una calle o le haría una huelga por este u otro motivo baladí. Lo ideal sería apegarse a la ley, pero tampoco pinta bien el panorama por ese horizonte. Aplicar la ley implica desconocer la huelga por ilegal, destituir a los que han abandonado su puesto de trabajo por más de 5 días sin la justificación legal correspondiente y seguirle un proceso legal a quienes han transgredido las leyes vigentes. Ambas partes tienen que llegar a un acuerdo de retorno a clases y, por algunas de las razones mencionadas, no será un acuerdo de fin de huelga por ser esta declarada ilegal. Quedaría sobre el tapete el pago del salario no cobrado, siempre y cuando trabajen tiempo extra, cosa que no podría ocurrir porque el gobierno podría suspender el periodo venidero de capacitación docente para extender el calendario escolar sin tener que pagar el tiempo no trabajado. Y como último recurso, si la vuelta a clases no se da pronto, con apego a la ley se podrían declarar insubsistentes los nombramientos de los huelguistas por abandono del cargo y recontratarlos iniciando todo el proceso como si se hiciera por primera vez. La vaina está fea Matea.
EL PAÍS FECAL
Con el evento de la contaminación del Río La Villa y la afectación del agua potable con materia orgánica expulsada por el ganado porcino, no es difícil imaginar que una parte de Panamá constituye lo que podríamos llamar el país fecal. La mayoría de la política es fecal, la administración pública mayormente es fecal, la educación es fecal, el Idaan, la electricidad, la mayoría de los servicios públicos con su Asep, las calles y carreteras, la sociedad política, la sociedad civil y la administración de justicia también son fecales. Y todo ese mal funcionamiento tiene al país hecho fecal. Empresarios, trabajadores, profesionales y gremios en general deben hacer un esfuerzo por depurar aquella parte fecal en ellos, para limpiar el país fecal que nos impide avanzar hacia el progreso y el desarrollo. Y todo comienza por la transformación interna de cada uno de los sectores mencionados. Si hay cambio en ellos, Panamá cambiará y la salvaremos de convertirse en el país fecal total.