9 profesores ensañados contra la UNACHI
Por: Elka Rodríguez / Docente Universitaria.
La comunidad universitaria está obligada a luchar diariamente por defender el derecho de todos a laborar en un ambiente de paz y entendimiento humano.
Cuando se ataca con el propósito de afectar la buena reputación y el fundamento de la universidad; cuando se arremete contra las altas autoridades para producir dolor, desorden y desinformación; cuando se irrespeta al estamento administrativo y estudiantil por medio de comunicados perturbadores; cuando se desconocen los órganos de gobierno institucionales, las leyes, las normas y el Estatuto Universitario. Estamos perdiendo la razón de ser y nos estamos negando a nosotros mismos.
Permitir que nueve individuos implanten la dureza en la Universidad Autónoma de Chiriquí, y que de esa violencia se produzca el caos y el asalto hacia atrás en la conquista obtenida de una universidad de excelencia y formación para la vida. Y si en la Universidad Autónoma de Chiriquí, hemos tolerado las amenazas, los escándalos públicos, las vulgaridades y las presiones de estos nueve profesores mediocres y revoltosos, cuyos títulos académicos no les ha servido más que para tenerlos colgados en una pared silente. Entonces hay muchos huesos secos.
Ha llegado el momento que la familia universitaria se pronuncie enérgicamente y no pasar por alto, ni hacer la vista gorda a los agravios que desde hace buen tiempo causan nueve profesores frustrados, baila la vara y amadores del vil metal.
Estoy de parte de la Universidad Autónoma de Chiriquí, en esta lucha por su razonamiento, y sé que también lo están todos los estamentos dignos que aman su trabajo. Comunidad Universitaria no es con pedradas, ni con agresiones desesperadas, que dejaremos de manifestar a la hora correspondiente nuestra palabra de verdad y de censura ante las acciones terroristas de este grupito de ingratos, porque la Universidad Autónoma de Chiriquí es de todos.
No debemos permitir nunca que el respeto y el derecho de todos mengue. La ley y el Estatuto Universitario, deben respetarse y cumplirse al pie de la letra. Es tiempo de poner a estos 9 revoltosos en el lugar que están buscando, y los abogados de pacotilla que están dentro de ese grupo deben saber, que sus acciones encajan en delito y perjuicio hacia la Universidad Autónoma de Chiriquí.
Sería saludable que el presidente de la República, Laurentino Cortizo, conozca la trayectoria deprimente y de violencia de estos sediciosos que tiran golpes a diestra y siniestra; que actúan sin Dios ni ley en la UNACHI, porque la otra cara de esas monedas es pavorosa y de vagancia. Como profesores con dedicación de tiempo completo deben trabajar con ahínco por sus estudiantes y la UNACHI. Son de los que buscan títulos para llenarse la boca, y mostrar papeles macilentos, pero la conciencia universitaria y las virtudes las tienen cauterizadas y sufren de estancamiento humano.