La Bitácora

Ebrahim Asvat

@easvat

Diez millones en donaciones políticas no es algo usual en la política panameña. Haber recibido parte o toda esta cantidad antes de una campaña política genera todo tipo de especulaciones y sospechas.   Que el dinero aportado por una empresa constructora no la haya recibido directamente para sus fines personales y a sus cuentas bancarias no exime al afectado de una seria investigación criminal por corrupción. Una desviación indirecta para el beneficio personal de una candidatura presidencial con varios años de anticipación tendría el mismo efecto.

Recibir sumas extraordinarias de dinero por contratos otorgados a la empresa constructora no importa el sigue siendo una actividad ilícita. Engañar a toda una población bajo el presupuesto de una lucha frontal contra la corrupción cuando entrar a ejercer la más alta magistratura de la República es también una forma de enriquecerse,  tanto para quien ejerce el cargo como los que lo acompañan en una aventura electoral socava los cimientos de la democracia.

En Panamá nadie puede señalar que lo han perseguido por razones políticas. Lo que ha ocurrido es que muchos personeros políticos por primera vez han sido investigados por las autoridades judiciales. Y esto no había ocurrido antes.  Por primera vez el ojo de la justicia panameña ha puesto su atención a los detentadores del poder y a su gestión pública. Eso ya es un avance.

Igualmente, los fiscales y jueces por primera vez han tenido el valor de investigar a los detentadores del poder y los respectivos partidos políticos cuando mayormente habían actuado en grado de subordinación y con un alto nivel de dependencia.

Yo siento un gran respeto por los fiscales y jueces por el valor demostrado en estos últimos nueve años.  No todo pinta de conformidad con el ideal deseado pero el avance es notorio.   Recordemos que estos fiscales y jueces pueden ser trasladados, degradados y destituidos.  Tiene familia que mantener y nadie les garantiza su seguridad personal por hacer cumplir la ley.   Cuando todos estos factores son tomados en cuenta nos damos cuenta que mover las palancas para la ejecución de la ley y lograr condenas por actos delictivos más aún cuando están ligados a figuras políticas es luchar cuesta arriba.

Hoy dos ex Presidentes han sido catalogados como Corruptos por un Estado extranjero. Es vergonzoso y humillante para nuestro país estos tipos de episodios. Nos desprestigia frente a la comunidad internacional más aún cuando proviene de nuestro más importante aliado y socio comercial. Panamá está viviendo desde los últimos diez años situaciones humillantes frente al resto del mundo.  Solo analicemos toda la temática de las listas y los escándalos internacionales.

Asumir una actitud complaciente y genuflexa para luego pensar que esos lazos de amistad y esos favores a favor de otros Estados nos va a permitir seguir administrando el país como una finca privada es caer en el error. Los dos últimos presidentes y  debo aceptar que este también ha sido demasiado generoso en favores a otros Estados y organismos internacionales.  No existe una política exterior definida. No hay una estrategia nacional sobre como acoplarnos a un mundo cada vez más mundializado.

El funcionariado panameño se ha venido degradando con el tiempo por falta de estabilidad laboral y ausencia de criterios de méritos en las posiciones gubernamentales. Si no entendemos esto no le veo salida a la situación que vivimos.   Lamentablemente ni el Derecho, ni el concepto de Estado y soberanía, ni la política hoy en día es igual a como lo era.

Seguir afincándonos a viejas prácticas, a la ausencia de una actualización de la gestión pública no va a satisfacer a la ciudadanía ni logrará adelantar un proyecto de país.  Seguiremos en mi opinión, este modelo de gobierno corrupto y desfasado hasta tanto una profunda crisis nacional logre accionar a una población  en estos momentos adormecida.